Todavía lejos de resolverse, el conflicto entre examinadores de tráfico y la DGT entra en una fase de "enquistamiento", según los huelguistasel conflicto entre examinadores de tráfico y la DGT entra en una fase de "enquistamiento",, que preocupa cada vez más a las autoescuelas pontevedresas. Iniciando ya las semanas clave para estos negocios, los propietarios advierten del gran "tapón" que se formará a partir de ahora de no alcanzarse una pronta solución, mientras gobierno y trabajadores de tráfico mantienen el pulso.

"Nos está haciendo daño, nos va a hacer muchísimo daño" de seguir así, advierte Gloria de la autoescuela Teucro. Porque estos negocios todavía no han visto caer las matrículas en Pontevedra, pero temen que esto sí se produzca en las próximas semanas, en las que todo apunta a que no se resolverá la disputa.

"El sector ha bajado muchísimo en invierno, solo podemos aprovechar un poco en verano. Si este verano no hay exámenes nos repercutirá muy negativamente, algunos pueden tener que cerrar" el negocio, manifiesta un intranquilo Manuel Chaves, gerente de la autoescuela que lleva por nombre su apellido.

Aunque el número de matrículas no se ha visto afectado todavía, sí se resiente el calendario de prácticas sobre el que las autoescuelas organizan buena parte de su actividad y que supone una capital fuente de ingresos. Los alumnos que temen no ser examinados suspenden sus prácticas, por lo que las autoescuelas se quedan sin tiempo para reaccionar y reajustar los horarios de sus profesores, dejan de ingresar por las clases que tenían previstas y pierden la posibilidad de aprovechar esas horas.

"Si nosotros tenemos una semana programada y luego la mitad de esas prácticas se anulan es difícil reprogramar todo. Es decir, cada profesor puede acabar con un 30% de las horas no ocupadas por culpa de la huelga" y a partir de ahora "va a empezar lo gordo" en cuento a demoras, explica el responsable de la autoescuela A-52, Manuel García.

No es la primera vez que los examinadores de la Dirección General de Tráfico deciden detener su actividad para reclamar una mejora en sus condiciones de trabajo. El paro anterior se extendió durante seis semanas del año 2015; pero entonces se circunscribió a ciertos tramos horarios, por lo que no causó un perjuicio tan grave como el que ahora inquieta a las autoescuelas de la ciudad.

En esta ocasión, el parón es prácticamente total durante los lunes, martes y miércoles de cada semana. Solo uno de los nueve examinadores de la ciudad de Pontevedra trabaja durante estos días, afirma Vanesa Fernández, representante en Galicia de la Asociación de Examinadores Asextra.

De esta forma, las autoescuelas que tienen fijados los exámenes alguno de estos días de parón acumulan a sus alumnos y el sistema traslada su turno al día siguiente al inicialmente previsto. Si llegado de nuevo su turno, vuelve a ser jornada de huelga, se les traslada al siguiente día hasta encontrar un hueco, con el consecuente amontonamiento de alumnos a los que es imposible examinar en los dos días hábiles restantes: jueves y viernes.

"La primera semana que no examinamos llevábamos a siete personas; la semana pasada llevábamos a diez; esta semana llevábamos a trece. No hemos examinado. La semana que viene ya serán 14 o 15. Se nos va haciendo un tapón", relata a FARO Nuria, de la autoescuela Galicia.

Los verdaderos perjudicados

El general, los propietarios de los centros de enseñanza de conducción evitan censurar los motivos que conducen a los trabajadores en huelga a optar por esta vía, pero lamentan que sufran las consecuencias quienes no son responsables de esta situación. Algunos, como Manuel, de la autoescuela Chaves, empatizan abiertamente con los funcionarios de la DGT.

"Yo respeto que ellos reclamen lo que crean conveniente, lo suyo. Eso lo tengo que aceptar. En todos los sitios hay que respetar lo que piden, porque a lo mejor es correcto; pero es verdad que para nosotros es complicado", dice.

En esta línea, algunos miembros del colectivo de las autoescuelas señalan que, aunque es la Administración del estado la responsable de alcanzar un acuerdo con los examinadores de tráfico, son ellos y sus alumnos quienes están teniendo que cargar con el peso y consecuencias de este enfrentamiento.

"No puedo entrar a valorar si hay motivos o no para la huelga; pero, si lo que quieren es atentar contra la Administración, con esta huelga están atentando contra las autoescuelas", comenta Manuel, de A-52.

La presión sobre los centros es mayor si se tiene en cuenta lo que explica Chaves. Una importante fracción de los clientes universitarios que aprovechan el periodo estival para obtener su permiso de conducción será irrecuperable a partir de septiembre, cuando regresen a las ciudades en que cursan sus estudios.

Los paros cesarán al terminar el mes de julio, pero aunque durante agosto no haya huelga, el bloqueo de alumnos será insalvable. Para este mes tienen programadas sus vacaciones muchos de los funcionarios de la Dirección General de Tráfico, lo que se traduce en que la plantilla de examinadores se reduce al 50% y a ello debe añadirse la lista de espera que se habrá acumulado para entonces de no cerrarse antes un acuerdo.