El número de familias acogedoras de niños saharauis que participan en el programa Vacaciones en Paz aumenta este año en Pontevedra y O Salnés con respecto al verano pasado. Así, vendrán 27 niños de los campamentos de refugiados, cuando el año pasado habían sido 25. La mayoría son de la comarca de O Salnés (18), mientras que los nueve restantes son de municipios de la de Pontevedra.

En el caso de la comarca arousana, este verano pasarán sus vacaciones en hogares de acogida los mismos niños que en 2016, pero aún así se han dado de alta nuevas familias de acogida. Concretamente, son tres, de Ribadumia, Cambados y Carril.

Lo que todavía no está concretado es cuándo llegarán los niños, puesto que la asociación Solidariedade Galega co Pobo Saharaui está pendiente de una llamada de las autoridades africanas. Y es que los aviones de la empresa argelina que opera este programa son de 137 plazas -menos que otros años- lo que obligará a fletar más vuelos o gestionar planes alternativos para que ninguno de ellos quede en tierra tras tener todos los trámites superados.

Por municipios, donde más refugiados habrá es en Vilagarcía y Vilanova, con seis cada uno. En el de Pontevedra, por su parte, se quedarán cuatro infantes.

Número en aumento

La cifra de familias acogedoras que colaboran con Vacaciones en Paz se está incrementando paulatinamente desde el acusado descenso que se produjo con la crisis económica. De hecho, en 2010 llegaron a ser hasta 40 las familias de O Salnés y Pontevedra las que abrían las puertas de sus hogares a los niños.

De todos modos, no ha sido tan fácil encontrar familias, y de hecho la asociación amplió a principios de año el plazo para los interesados, puesto que inicialmente solo se habían inscrito 12 en O Salnés, que asumirían la tutela de un total de 14 escolares.

Vacaciones en Paz nació para propiciar que los niños de los campamentos de refugiados saharauis pudiesen pasar el verano lejos del calor abrasador del desierto marroquí y argelino, donde pueden alcanzarse temperaturas de hasta 50 grados.

Además, los participantes tienen acceso a unas comodidades materiales que en los campamentos son impensables. De hecho, llegan prácticamente sin nada más que una pequeña maleta de mano.

Gracias a un convenio con la Xunta de Galicia, los niños también se benefician de un completo examen médico, y son sometidos a las cirugías y tratamientos que necesiten antes de regresar a sus casas.

Las familias participantes deben llevar al médico a los niños cuando lo necesiten, así como atender sus necesidades de ropa y calzado, y comprometerse a dedicarles tiempo y cariño. La cuota a la asociación es de 20 euros al mes.

En el conjunto de Galicia se espera a 325 niños, que es una cifra similar a la de los últimos años, con la salvedad de que unos 100 participantes son nuevos. En este caso, ocupan el sitio que han dejado los que ya no pueden participar en estos viajes por haber pasado de los 12 años.