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Una familia lucha contra la expropiación de un camino privado del que se apropió el Concello

El vial, que incluso cuenta con alcantarillado y alumbrado público, da servicio a las casas de una urbanización -Los propietarios de esta finca anuncian que cerrarán el acceso

En el callejero municipal de Poio figura con el nombre de Travesía do Castelo. Se trata de un camino de unos 250 metros en Campelo que no tiene salida, está asfaltado por el ayuntamiento e incluso cuenta con los correspondientes servicios de saneamiento bajo la capa de rodadura. El camino sirve de acceso a tres viviendas de una urbanización de reciente construcción y no le falta tampoco el servicio de alumbrado público. Y, sin embargo, este camino no es público. Forma parte de una finca privada de la que es titular la familia Romay Graña que, tras ganar una batalla judicial contra el ayuntamiento, ahora tratan de impedir que el Concello la acabe expropiando.

Esta primera batalla judicial ganada se tradujo en una sentencia de la Audiencia Provincial de Pontevedra dictada en 2015 en la que los tribunales daban la razón a la familia frente a las tesis del Concello, que defendía que se trataba de un camino público. La Audiencia concluyó, no obstante, que el camino formaba parte de la finca de esta familia en la que se enclava también un pazo y que tan solo existía una servidumbre de paso autorizada a unos particulares hacia unas fincas situadas en las inmediaciones. "Es obvio que el reconocimiento de esta servidumbre no es incompatible con la propiedad privada sino que por el contrario la refuerza", dice el fallo de la Audiencia, que concluye que los demandantes, es decir, la familia Romay, "han aportado prueba suficiente sobre la extensión de su propiedad a la franja litigiosa". La Audiencia incluso imponía al Concello de Poio las costas de este proceso judicial.

Así las cosas, con la titularidad del terreno y el carácter privado del camino ya aclarado mediante sentencia judicial, el Concello optó por otra vía para hacerse con un camino al que, por otra parte, sirve de acceso a estas tres viviendas de una urbanización a las que dieron la correspondiente licencia municipal. El gobierno local inició en abril de este año un proceso expropiatorio para adquirir la parcela por un montante total de 27.389 euros.

Esta familia anuncia que se opondrá hasta las últimas consecuencias a la expropiación. Además de criticar las formas del Concello en todo este proceso, retan al gobierno local de Poio a que explique el "interés general" con el que piensan justificar este proceso expropiatorio.

"Más que un interés general yo lo justificaría como un gasto de dinero público en un interés particular o privado", explica Miguel Romay, uno de los miembros de la familia que es titular del camino y que recuerda que el objeto de expropiar el mismo es darle un acceso a las tres viviendas de una urbanización. Una urbanización que probablemente no podría haber sido construida o cuando menos tendría que tener otro acceso a estas viviendas, explican, si el Concello no hubiera cometido el "error" de apropiarse de unos terrenos que eran de titularidad privada.

"Ahora con esta expropiación todos los vecinos de Poio van a tener que pagar de su bolsillo para subsanar un error" cometido por el ayuntamiento. Romay Graña incluso plantea la posibilidad de que se pudiera incurrir en alguna responsabilidad todavía más grave de ejecutarse la expropiación con este propósito.

Los dueños del terreno aseguran además que en el gobierno local eran sabedores de la naturaleza privada del vial y recuerdan que siendo más joven el propio alcalde de Poio, Luciano Sobral, abrió y cerró en más de una ocasión la verja que, hace ya muchos años, cerraba esta propiedad y evidenciaba a las claras que se trataba de una porción más de la finca adyacente. Los restos de dicha verja todavía se pueden apreciar en el inicio de este vial.

Impedir el uso del camino

En cualquier caso, la intención de la familia de mantener la propiedad y uso sobre este camino es firme e incluso anuncian su intención de cerrar el paso en el mismo, lo que supondría que las tres viviendas construidas en la Travesía de O Castelo (como bautizó el concello a este vial) se quedarían sin acceso.

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