Josefina Freiría dedicó toda su vida al marisqueo en la parroquia de Lourizán, en la que sigue viviendo. Recuerda el lugar muy distinto a como está ahora, con zonas de arenales y marisco "de todo tipo". La suya ha sido una profesión muy dura, reconoce ahora, cuando va a cumplir los 70, y nota sus consecuencias hasta en los huesos.
-¿Cuándo se jubiló?
-Me jubilé hace tres años y algo. Ahora, en agosto, cumpliré los 70.
-¿Siempre mariscó en Lourizán?
-Siempre. Comencé cuando era una niña y tenía 7 u 8 años. Iba a ayudar a mis padres.
-Mariscar por aquel entonces era mucho más duro.
-¡Uy! de aquella era para morir. No había todo lo que hay ahora. Ahora hay botas para protegerse y otras ropas. Por aquel entonces íbamos descalzas. Recuerdo que yo iba con una hermana mía que ya falleció y que se nos quedaban los pies y las piernas dormidos.
-Una profesión tan dura se pagará con los años, ¿no?
-Pues claro. Yo tengo muchos problemas de huesos, de orina, de vejiga... Es que esto de andar en el mar toda la vida...
-Su tradición le viene de familia. ¿La han continuado las generaciones venideras?
-Nosotros éramos tres hermanos y los tres trabajamos en esto, pero los que vinieron después ya no. Es que ahora todo lo ponen mucho más difícil. Yo creo que si una persona que se dedica al marisqueo se jubila, deberían guardar ese sitio para un descendiente.
-¿Y económicamente? ¿Compensaba?
-Bueno, de aquella se ganaba poco. Pero también hay que pensar que el nivel de antes era otro. Las ayudas eran muy pequeñas, muy distinto de ahora.
-¿Capturaban mucho?
-Muchísimo más que ahora. Notamos que en los últimos 15 o 20 años la producción bajó mucho. Antes cogías fácilmente 20 kilos de berberecho. Ahora lo que no hay apenas es almeja japónica, la debió comer el plancton. También hay que decir que en la ría hay mucho mercurio.
-¿Cómo recuerda Lourizán?
-Lourizán era muy diferente antes de la llegada de la Celulosa. Recuerdo todo playas y cerca de donde yo vivo había marisco de todo tipo: nécoras, centollos, vieiras... La fábrica acabó con todo. Es para llorar.
