Pontevedra acaba de dejar atrás la semana pasada una de las primaveras más calurosas y secas que se recuerdan. Sobre todo destacan las altas temperaturas, que superaron los 20 grados en ocho de cada diez días, pero también las escasas precipitaciones por ejemplo en un mes, el de abril, que suele aportar agua a los embalses con la que afrontar los meses de escasez en verano.

De los 93 días que duró la primavera (entre el 20 de marzo y el 21 de junio), las precipitaciones tan solo hicieron acto de presencia en un total de 21 jornadas (se tienen en cuenta aquellos días en los que los pluviómetros registraron al menos 1 litro por metro cuadrado). Aunque el sabio refranero popular señala que "en abril, aguas mil", este fue precisamente el mes más seco de la primera, si bien los primeros 21 días de junio tampoco no le están yendo a la zaga.

Abril de 2017 fue, en Pontevedra, el mes más seco desde que se tienen registros históricos. Si los valores habituales señalan que a lo largo de este mes llueve una media de 14 días, este año tan solo se registraron precipitaciones los dos últimos días del mes. Hasta ahora, el récord de días sin lluvias en abril lo ostentaba el año 1980, con solo tres jornadas. En cuanto a la precipitación acumulada (puede darse el caso de que llueva muy pocos días pero que la lluvia sea intensa cuando cae), también los registros fueron mínimos e históricos este abril: La media es que en la ciudad de Pontevedra se recojan una media entre 95 y 134 litros por metros cuadrado de agua a lo largo de estos treinta días, sin embargo este año la cifra fue de apenas 16 litros por metro cuadrado. La cifra más baja hasta ahora la marcaba abril de 1967, con 18.

El día de los 9.000 rayos

Por suerte, esta sequía de abril se compensó algo en mayo con 11 jornadas lluviosas (lo que supone una cifra similar a los valores habituales que señalan a una media de 12 días con precipitaciones), chubascos que además fueron copiosos (hay que recordar que este fue el mes en el que las tormentas dejaron alguna tromba de agua y el día del récord de los 9.000 rayos en Galicia el día 26. Sumaron un total de 163 litros por metro cuadrados acumulados a lo largo de todo el mes, por encima de los 128 que es la media más alta de precipitaciones para este mes.

Como ya se apuntaba al inicio, la parte de junio correspondiente a la primavera volvió a ser seca, dejando apenas tres días de lluvia y 6,6 litros por metro cuadrado de precipitaciones, por lo que se afronta el verano con una balance de lluvias primaveral bastante escaso.

¿Y en cuanto al calor? Se acaba de cerrar una estación que tuvo más de verano que de primavera en cuanto a temperaturas. De hecho, hubo estíos que tuvieron menos días con más de 30 grados que esta primavera, dado que el mercurio superó esta barrera hasta en 12 ocasiones este año. Sin ir más lejos, el 10 de abril los pontevedreses ya estaban abanicándose a 31,1 grados.

De los 93 días que duró la primavera, en un total de 73 la temperatura máxima superó los 20 grados; y en otras 37 jornadas el termómetro subió por encima de los 25 grados, es decir, cuatro de cada diez. Dos de las jornadas más cálidas, el 23 de mayo y el 20 de junio, incluso se sobrepasaron los 35 grados. Valores que podrían resistir la comparativa con los de cualquier verano caluroso en la provincia de Pontevedra.

Otro referente del refranero climatológico es el dicho de que "hasta el 40 de mayo no te quites el sayo" que tampoco se cumplió este año. Sí es verdad que esta primavera tan cálida dejó contrastes importantes en sus inicios. Las elevadas temperaturas de abril, como aquel día 10 en el que se llegó a los 31 grados, contrastaban con una caída de hasta 20 grados durante la noche para alcanzar mínimas de 11 grados ese mismo día.

Sin bajar de los 15 grados

Cuando el calor volvió en mayo, las mínimas sí subieron ya de forma considerable y el termómetro ya no volvió a bajar por las noches más allá de los 11 grados a partir del 21 de ese mes. Desde el día 12 de junio Pontevedra está abonada a unas temperaturas mínimas nocturnas que no cayeron por nunca por debajo de los 15 grados.

La mínima más elevada, de 19,2 grados, se produjo esta primavera el pasado 17 de junio.