Las previsiones del sector turístico para las Rías Baixas este verano, con Sanxenxo a la cabeza, no pueden ser mejores. Los hoteleros vaticinan una temporada "muy buena" que, aseguran, mejorará incluso las cifras del año pasado. Vendrá propiciada, según su experiencia, por un nuevo incremento en el número de turistas y visitas, en continua escalada en los últimos años, y la fidelidad de muchos de ellos, que repiten verano tras verano en las playas pontevedresas. Además, también contribuirá a este empuje en el sector la elección de una parte importante de los viajeros por destinos de tipo nacional ante el temor a sufrir atentados terroristas en otros destinos de playa.

Entre un 30 y un 40 por ciento de los turistas que llegan a Sanxenxo lo hacen durante años consecutivos. Se trata del turista fiel que ha hecho de la localidad su destino favorito al que no falta y que visita, al menos, una vez al año.

"Una de las cosas que tiene Sanxenxo es que la gente que viene repite. Es algo que esta comprobado. Sanxenxo es probarlo una vez y repetir. Estamos hablando entre un 30 y un 40 por ciento de clientes habituales, de toda la vida, de varias generaciones", explica Francisco González, presidente de los hoteleros de este municipio.

Una de las características en común de estos turistas es que terminan comprando propiedades en la localidad, algo que los hoteleros no consideran que esté reñido con su negocio. "Todo lo que sea hacer turismo es bueno. Gracias al trabajo y promoción que se está haciendo, sigue siendo un destino creciente. Aquellos clientes que compran una propiedad son sustituidos por otros nuevos que vienen por primera vez y descubren Sanxenxo. Nuestro enemigo no es, para nada, el urbanismo, siempre que sea bien entendido", considera González.

El presidente de los hoteleros destaca que el éxito de esta localidad no radica en un solo factor. "Sanxenxo ofrece un destino de sol y playa, sí, pero por las noches duermes cómodamente porque es fresco, no te asas de calor. Te da una opción de una excelente gastronomía, de ruta del vino, es ocio nocturno y es el lugar perfecto para utilizar como base y desde el cual conocer el resto de Galicia o escaparte a Portugal", resume.

En este sentido, los hoteleros echan en falta más colaboración entre los diferentes municipios de las Rías Baixas. "Nosotros, como sector privado, hemos sido capaces de trabajar con nosotros mismos. Prueba de ello es el Clúster Turismo de Galicia, con 7.000 empresas bajo un mismo nombre. Es algo que no vemos en la Administración. Es muy difícil ver proyectos interadministrativos", se lamenta.

"Las previsiones son muy buenas. Va a haber crecimiento y vamos camino de un nuevo año de récord. También lo será en la facturación, aunque los precios no están donde deben estar y comienzan a verse los primeros síntomas que evidencia que el precio medio quiere subir un poquito", anuncia.

"Galicia quiere crecer en este sentido, pero la meta no puede ser la cantidad. Queremos apostar por la calidad. No queremos ser un destino masificado de precios tirados", puntualiza González.

El hotelero reconoce que determinados destinos de tipo nacional cuentan con un nivel mayor de turismo respecto a otros que se han vuelto, en cierto modo, inseguros por la amenaza del terrorismo internacional. "Pero no podemos simplificarlo tanto. Nosotros somos más de turismo nacional. Es un factor más a sumar a la mejoría económica. La gente comienza a tener una percepción de mejoría que permite cierta alegría en el gasto. Una razón mucho más de peso es que la marca Galicia turísticamente hablando se está consolidando a pasos agigantados", opina.

Actualmente Sanxenxo cuenta con 237 establecimientos que ofrecen alojamiento, desde los camping hasta los hoteles de cuatro estrellas. "La oferta es muy variada y en el transcurso del verano los precios varían mucho. Así una noche de hotel puede costar desde 50 euros en un pequeño establecimiento hasta 250 en uno de alto standing", explica Francisco González, que destaca que esta amplia posibilidad de tarifa hace que puedan disfrutar del destino diferentes tipos de turistas con muy distintos poderes adquisitivos.