La sensación de alivio imperaba en el ambiente de la calle Río Oitavén una vez los servicios de Emergencia hubieron subsanado el problema de la fuga de gas y las posteriores llamas en la acera.

El miedo y la preocupación sobrevolaron la zona cuando poco antes de las 10 se escuchó una primera explosión que puso en sobreaviso al vecindario. Entonces fueron muchos los que llamaron a los servicios de emergencia de que algo estaba pasando en su calle.

Las explosiones sucesivas y el fuego no ayudaron a calmar los ánimos. Tampoco la tardanza a la hora de cerrar la fuga. Fue algo más de una hora de tensión, aunque el hecho de que el incendio estuviese relativamente alejado de cualquier edificación ayudó a que los nervios se templasen.

Una vez el fuego se había extinguido y el riesgo era ya mucho menor, los vecinos analizaban la situación. Un joven explicaba que se encontraba en la calle cuando oyó la primera explosión "sobre las 10 horas". "Llegó la Policía y nos mandó a todos alejarnos. Los vecinos sí estaban preocupados por todo lo que estaba pasando, pero yo no. Aunque he de reconocer que sí me asusté cuando hubo más explosiones", admitió.

Mientras, una mujer de mediana edad señalaba que habían sido las sirenas de los bomberos las que le alertaron: "Yo trabajo un poco más arriba y no me enteré. Pero cuando empecé a escuchar tanto ruído de los camiones de emergencias, me preocupé. Tenía al niño solo en casa y llamé a una vecina, que fue la que me tranquilizó diciéndome que el fuego no había afectado a las casas".

Pese a esta situación, la mujer no se quedó tranquila, por lo que salió de su lugar de trabajo para acercarse a la zona. "Cuando llegué aquí, encontré todo acordonado y controlado. Estaba todo perfecto. Me pasaron los nervios en un momento", explicó antes de reconocer que "no es lo mismo ver directamente lo que está pasando que si te lo cuentan por teléfono o te manden fotos".

Por su parte, un residente en la zona de edad adulta destacaba que "todo se quedó en un susto". "Fue una simple anécdota", resumía antes de explicar que la primera reacción de todos fue pensar que había "fuego y explosiones en el interior del edificio". Sin embargo, una vez descubrieron que la problemática se encontraba en la acera, imperó algo más la tranquilidad.

La instalación, "a trozos"

El vecino destacó que la gente de la zona conoce que "la instalación se hizo a trozos". "Nunca sabes por que lado va, donde está la alcantilla de corte y la de suministro. Hubo un momento de cierta confusión, es cierto. Aunque al final no fueron más que daños materiales", explicó.

Asimismo, el testigo anunció que la zona no estaba en obras, pero en ella suelen jugar muchos niños: "Hay un parque y por las tardes esto suele estar lleno de niños. Por suerte, esta fuga con explosión e incendio se produjo a las 10, cuando no había pequeños en el lugar".

Finalmente, el suceso no provocó heridos, aunque sí impidió a la mayor parte de los vecinos realizar su actividad habitual durante la mañana. A lo largo de las horas de intervención, fueron numerosos los curiosos que se agolparon en las ventanas de los imbuebles próximos para ver los avances de los equipos que trabajan en la zona, ante la falta de luz y gas en sus casas.

Según explicó el sargento del Cuerpo de Bomberos del Salnés, la explicación de que ardiese por momentos una farola se debe a que "hubo una rotura de la canalización y parte de ese gas se transmitió a la instalación de alumbrado público".