Un escape de gas producido en la mañana de ayer en la calle Río Oitavén, en A Caiera, provocó momentos de tensión y angustia entre los vecinos de la zona, aunque finalmente la intervención de los equipos de emergencias hizo que todo se quedase en un susto. En torno las 9:45 horas un particular avisó a la Policía Local de que salía fuego de la acera. Los agentes pusieron en alerta al Servicio de Emergencias 112, que también había recibido notificaciones de la rotura de una tubería de gas que gestionó el envío de diferentes fuerzas de seguridad.

Hasta el lugar se desplazaron dotaciones de bomberos de Pontevedra y O Salnés, así como la propia Policía Local, la Guardia Civil y los técnicos de Gas Natural Fenosa. Mientras, en la zona en cuestión se había producido al menos una explosión, según los testigos. Posteriormente, el escape provocó nuevas explosiones, lo que hizo que los cascotes de la acera saliesen despedidos y las llamas alcanzasen una altura de unos cinco metros. Algo que llegó a poner en cierto peligro las viviendas cercanas.

Al llegar al punto, las fuerzas de seguridad acordonaron la zona y pidieron a los residentes de las viviendas más cercanas al escape de gas que cerrasen ventanas y persianas y no saliesen de sus domicilios por motivos de seguridad. A la vez, se iniciaban los procesos de corte de luz y gas. El primero de ellos fue mucho más rápido.

No fue hasta las 11:20 horas cuando los técnicos de Fenosa lograron establecer la "zona en seguridad". Entonces, al haberse ya subsanado la fuga y desvanecerse el gas residual, se llevó a cabo el desalojo de 35 vecinos de los portales 9 y 26 de la calle Rio Oitavén. Fue el paso previo a iniciar los trabajos para apagar las llamaradas, que finalizaron en escasos minutos.

Una vez erradicado el fuego y cerrado el circuito de gas y luz, los equipos de bomberos llevaron a cabo las ventilaciones y mediciones de CO2 habituales y correspondientes en cada una de las viviendas. Según informó la Policía Local posteriormente, "en los domicilios no había peligro, ya que se comprobó que los parámetros estaban bien".

Peligro en el garaje

Sin embargo, el garaje común a las edificaciones presentaba un nivel de gases de un índice de peligrosidad elevado y un "calentamiento excesivo". Según el 112, en este espacio se registraron "pequeños desprendimientos". "Si por ejemplo se hubiese encendido un coche, hubiésemos tenido un problema muy grave", comentaban a posteriori fuentes de la Policía.

Finalmente, una vez las comprobaciones de seguridad finalizaron y hubo certeza de que no existía peligro, se procedió a reabrir al público la zona y se permitió que las familias regresasen a sus hogares. Fue en torno a la hora de comer, cuando también se devolvió la luz y el gas tanto a los edificios afectados como a los bloques residenciales colindantes.

Durante la tarde de ayer, los técnicos y los bomberos comenzaron una investigación en el lugar de los hechos para esclarecer el motivo por el que se produjo la fuga de gas y el inmediato incendio. Según explicó a última hora el 112,la tubería del gas pudo incendiarse después de que se produjera un cortocircuíto en un cable próximo, lo que también desencadenó la fuga y las posteriores explosiones.