El uso de drones y de satélites permitirá realizar un inventario del territorio, anticipándose a las olas de calor y determinando las zonas de riesgo.

"Podremos ver cuál es la biocombustibilidad de las zonas boscosas y cuáles son los índices de peligro para poder actuar de una forma mucho más selectiva, incluso en la limpieza de los montes, en la preparación de los caminos etc", señala Salustiano Mato.

Éste apunta a mayores a un tercer elemento que facilitarán estas tecnologías: las alertas tempranas, que brindarán la posibilidad de atajar los efectos más graves, impidiendo los grandes focos y extensos territorios en llamas que se producen actualmente.