Sergio Fariña Aboy, el pontevedrés de 40 años que lleva 16 en Londres y el pasado 3 de junio se convirtió en un héroe por su comportamiento durante los atentados yihadistas en la capital británica, regresó ayer a su ciudad natal y pudo recoger en persona el reconocimiento de Pontevedra por dar cobijo en el restaurante que regenta en el Borough Market a numerosos clientes e incluso forcejear con uno de los terroristas.

Rodeado de su esposa, de origen turco, y su familia pontevedresa, Fariña Aboy asistió al pleno en el que se aprobó, a petición de Ciudadanos, una declaración institucional para ensalzar su "valor durante aquellos atentados". El texto, leído por el alcalde y refrendado por toda la corporación, señala que "entre las personas que se encontraban en el lugar de los hechos estaba Sergio Fariña, un pontevedrés que no dudó en ningún momento de poner a salvo a todas las personas que se encontraban en su local de trabajo", en el citado mercado asaltado por los terroristas, armados con cuchillos.

"Por eso -añade la declaración- queremos mostrar nuestro agradecimiento por su actuación y por mostrar el valor necesario para plantarle cara al terrorismo ayudando a aquellas personas".

También se incluye un recuerdo al otro héroe gallego de aquella jornada, "Ignacio Echeverría, que por su muestra de valor sufrió las consecuencias de este brutal ataque pagándolo con su vida. Condenamos este y todos los ataques terroristas".

Fariña Aboy, nacido en Pontevedra hace 40 años, lleva 16 en Londres, donde esta casado con una joven turca y regenta un restaurante en plena "zona cero" de los ataques terroristas del 3 de junio. El pontevedrés agradeció el acuerdo municipal y las muestras de solidaridad y reconocimiento pero no quiso hacer ningún otro comentario sobre aquella fatídica jornada.

Cuando los atacantes irrumpieron en el mercado londinense y comenzaron a acuchillar a los viandantes con los que se topaban, el pontevedrés refugió en su local al menos a 28 personas e incluso forcejeó con uno de los terroristas mientras cerraba la puerta del restaurante y bajaba la verja. Su acción salvó la vida de él mismo, de los clientes y de otros ciudadanos que estaban aquella noche en la calle.

Esa misma noche moría a cuchilladas, al intentar ayudar a un policía londinense, Ignacio Echeverría, natural de Ferrol, que pasó su infancia en As Pontes y residía en Las Rozas (Madrid).