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"Hay una falta de alarma social ante el consumo de heroína"

"Érguete", que tiene en marcha un programa de asistencia a drogodependientes en O Vao, alerta del repunte de esta droga

Actuación policial en el poblado de O Vao. // Rafa Vázquez

"Actualmente existe claramente un estado de falta de alarma social frente al consumo de heroína porque a diferencia de lo que ocurría en los ochenta, este es más recatado, no se ve en las calles de Vigo o Pontevedra". Quien así habla es Carmen Avendaño, la presidenta de la Fundación Érguete de ayuda a las personas con problemas de drogadicción. Una entidad que lleva ya más de una década trabajando en el poblado de O Vao prestando asistencia a los toxicómanos, una labor con escasa repercusión mediática pero que suma miles de asistencias a lo largo de los últimos años.

Ahora la fundación acaba de obtener también el respaldo de Ence, que apoyará su proyecto en el marco de su Plan Social para continuar con este programa "Sísifo" que tiene como objetivo que tiene como objetivo detectar poblaciones ocultas de drogodependientes con vulnerabilidad o en situación de riesgo, ampliar la cobertura de atención de calle, reducir o limitar daños socio sanitarios y mejorar la información y el acceso hacia los recursos asistenciales.

Avendaño explica que, a pesar de que en algún momento pudo parecer que la heroína estaba siendo desbancada por otras drogas como la cocaína, de hecho, nunca se llegó a ir de enclaves como O Vao. "Ahora el patrón de consumo es distinto, hay un abuso excesivo del alcohol, luego se acostumbran a esnifar cocaína y cuando ya no pueden dormir tratar de frenar esta euforia y llegan otra vez a la heroína".

¿Por qué O Vao?

Y desde Érguete reconocen que si hay un punto referente en la venta de heroína en la provincia de Pontevedra y también en Galicia es el poblado de O Vao. ¿Pero por qué este enclave marginal de Poio atrae a toxicómanos de toda la provincia? Los propios usuarios de los programas de la Fundación explican sus propias razones: "Ellos mismos nos dicen que la heroína de O Vao tiene fama de ser la mejor, debe ser que está menos adulterada de la que se puede vender en cualquier esquina de una ciudad", explica Avendaño. Por eso les explican que "es normal" que haya toxicómanos que acudan desde otras ciudades como Vigo o Vilagarcía hasta Pontevedra para hacerse con sus dosis. Es más, en ocasiones hacen la labor de "recaderos" y acuden con el encargo de comprar más dosis para otros conocidos y se acaban metiendo en problemas, dado que si son detenidos por las Fuerzas de Seguridad incluso pudiera ser que fueran imputados por tráfico de drogas.

Otra de las razones por las que acuden a O Vao, según ellos mismos explican, es precisamente esa sensación de privacidad que les ofrece el poblado. Según explica Avendaño, ellos mismos reconocen que allí hay sitios en los que pueden consumir la droga inmediatamente después de comprarla, lejos de miradas indeseadas. Se la inyectan antes ya de salir del propio poblado, de tal forma que se aseguran que tampoco pueda ser incautada por las Fuerzas de Seguridad que de vez en cuando realizan controles en las inmediaciones.

La propia Fundación llegó a constatar en alguno de sus trabajos que en torno a medio millar de personas visitan mensualmente O Vao. Una cifra que creen que incluso se puede triplicar. Es por ello, que lo eligieron sin duda como uno de los puntos en los que, desde 2005, pusieron en marcha su programa, bautizado como Sísifo. Al igual que el protagonista del mito griego, son muchos los toxicómanos que suben cada día las corredoiras que llevan hasta el poblado cargando la piedra de su adicción. Dos personas de la Fundación acuden tres veces a la semana para prestarles atención y su trabajo se enfoca en dos vertientes distintas. La primera es preventiva. Se trata de proporcionarles material estéril que evita el riesgo de contagio con el intercambio de jeringuillas. También realizan recogida de jeringuillas usadas. El año pasado retiraron gracias al programa Sísifo 2.745 jeringuillas, símbolo del uso de la heroína, de los distintos puntos en los que actúan, incluido este poblado chabolista. Evitan así la transmisión por accidente de enfermedades como el VIH o la hepatitis.

Zonas de consumo

La otra vertiente del trabajo que desarrolla Érguete en O Vao es la de acercamiento a los toxicómanos en las zonas de consumo (en la provincia de Pontevedra se desarrolla en algunos puntos de Vigo y en O Vao) para hablar con ellos e informarles de los recursos que tienen a su disposición para intentar abandonar las drogas. El año pasado llegaron a un total de 816 beneficiarios con más de 24.000 intervenciones y 362 derivaciones o acompañamientos a otros recursos. Hubo 197 altas, puesto que Avendaño también remarca que hay muchos "rehabilitados de O Vao". Personas que antes eran carne de poblado que lograron que la piedra de Sísifo no volviese ladera abajo rodando, para tener que regresar a por una nueva dosis a la jornada siguiente.

Y es que Carmen Avendaño explica que de los 26 programas que tiene activos la Fundación, desde asistencia letrada, trabajo en prisiones, ayudas de primera necesidad o planes de inserción social y laboral; actualmente, "la media de inserción, por ejemplo en los programas de carácter laboral, es de un 50%".

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