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Enseñar a ser hombre por oposición: el niño no llora, no juega con muñecas o cocinitas, no se viste de rosa...

- ¿Nos equivocamos en cómo estamos construyendo la identidad masculina?

-Es un tema decisivo: a los hombres nos enseñan a ser hombres por oposición, no siendo mujeres, desde chiquitito el niño no llora, el niño no juega con muñecas ni con cocinitas ni se viste de rosa, todo eso es ser hombre. Y, claro, cuando los niños llegan a la adolescencia se encuentran con chicas que han dejado de ser lo que eran y por tanto ellos se sienten un poco perdidos porque si ellos son lo que ellas no son y ellas han empezado a ser lo que ellos eran ¿qué son ellos ahora? Y cuando además ellas han dejado de ser lo que eran y ahora son lo que ellos eran y no pueden ser lo que ocurre es una especie de retroceso, se van hacia posiciones más machistas, más tradicionales, porque en esas posiciones no están allí las mujeres, lo que se traduce en un incremento del machismo. Hablamos de un machismo reactivo porque consideran que lo está pasando es un ataque, un desplazamiento, un cuestionamiento de los propios hombres y al mismo tiempo un machismo incrementado por esa necesidad de buscar un espacio propio donde se sientan ellos mismos. Es una combinación muy delicada, los hombres no se incorporan a ese cambio, no son conscientes de que la solución no es retroceder sino avanzar con las mujeres.

- ¿Qué me respondería si afirmo que hay una nueva mujer pero no ha aparecido un nuevo hombre?

-Claro, esa es la clave: hay una nueva mujer efectivamente, es verdad que todavía asumiendo una carga muy grande por todo lo que es la doble responsabilidad de ser seguir siendo mujer en lo privado y en lo público, con lo que conlleva de carga de trabajo y presión porque se sabe que está siendo cuestionada en los dos ámbitos como mala mujer porque está dejando a su hijo en la guardería mucho tiempo, porque no vas a todas las reuniones, no llevas al niño al pediatra todos los días etc, están soportando esa presión y esa crítica en lo privado y al mismo tiempo en lo público porque tienes que demostrar con creces, hacer el doble de cosas para que te valoren la mitad, es una situación que está ahí presente, pero es la clave: hay una nueva mujer y necesitamos que aparezca un nuevo hombre: el precio de la libertad no puede ser la muerte.

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