Las concesiones de Costas en Lourizán, a orillas de la ría, viven esta semana un nuevo capítulo con los trabajos de demolición de las antiguas instalaciones de Holcim, una planta de hormigón cuya autorización de ocupación de terrenos marítimo-terrestres acabó caducada a raíz de un pleito de Salvemos Pontevedra. La empresa obtuvo la oportuna licencia municipal a finales de febrero para proceder a esta demolición, pero todavía no se ha aclarado el destino de los terrenos puesto que apenas unos días después de aquella autorización, la compañía cursó una petición de información urbanística sobre posibles usos de ese mismo terreno.

La antigua planta de hormigón, orillas de la carretera vieja de Marín y muy próxima a las instalaciones de Ence y Elnosa, funcionaba en una zona de concesión de Costas que se declaró caducada a raíz de un largo pleito de la asociación Salvemos Pontevedra, similar a los entablados contra aquellas dos fábricas, Construcciones Malvar o la depuradora de Placeres.

En su día, la Audiencia Nacional condenó al Estado, en sentencia que después ratificó el Tribunal Supremo, a incoar el expediente de caducidad de la concesión otorgada en marzo de 1949 a Ramón de Dios Otero de una parcela en dominio marítimo-terrestre de Pontevedra para usos agrícolas en la que, tras sucesivas transacciones, desarrolló su actividad Hormigones Holcim SA sin que se hubiese obtenido el preceptivo título concesional. En consecuencia la Dirección General de Costas tuvo que adoptar las medidas necesarias para la paralización de la explotación industrial y la recuperación del terreno público.

Desde 2004

La sentencia fue fruto de la reclamación planteada en agosto de 2004 por la Asociación Salvemos Pontevedra en el marco de una campaña de recuperación de la titularidad pública y regeneración de las marismas de Lourizán.

Del mismo modo que ocurrió con Holcim, hubo reclamaciones y procesos similares para Ence, Elnosa, la finca de Malvar o la depuradora, pero con resultados dispares. En el caso de Malvar, también acabó desapareciendo la concesión y parte de los terrenos quedaron de nuevo en manos de Costas y el resto fueron adquiridos por una inmobiliaria y ahora son propiedad de un banco.

Hace más de dos años, ese banco y el Concello llegaron a un acuerdo para la compra de los terrenos por algo más de 100.000 euros con el fin de crear un parque, pero la operación se paralizó por un problema registral que aún no se ha resuelto. Aunque el Concello no renuncia a lograr la compra, existe ya el temor de que la entidad propietaria haya "enfriado" su interés en vender un solar donde podría haber aún alguna opción de edificabilidad parcial.

Prórroga

Tanto Holcim como Malvar supusieron un éxito para Salvemos Pontevedra, pero en otros casos las decisiones de Costas fueron distintas, especialmente en el caso de Ence. El expediente de caducidad elaborado al respecto ratificó la concesión a la fábrica de pasta de papel. De hecho, poco después Ence obtenía una prórroga de esa autorización por sesenta años más, hasta 2073. Aquel caso se saldó con la caducidad de la concesión a alguna instalación auxiliar. Tampoco se legalizó el campo de fútbol de Placeres, que acabó derribado, ni tampoco la depuradora, si bien en este caso se permite su continuidad por "interés público" y desde hace meses la Xunta tramita su legalización para poder acometer su ampliación.

En el caso de Elnosa, el futuro de la planta está no solo vinculado a Costas, sino también a un cambio de tecnología que debería estar ejecutada en diciembre.