Mexicano de origen gallego, el fallecido escritor e investigador Modesto Manuel Doval fue despedido el pasado lunes en la iglesia de Santiago de Antas, en A Lama, el municipio en el que se afincó a su vuelta del país norteamericano, al que le dedicó un libro y del que se declaraba un gran enamorado.

Con el patrimonio de ese concello pontevedrés, su otra gran vocación fue la teoría del Colón gallego, protagonista de su libro "Cristóbal Colón. Señor feudal gallego". En esta obra publicada en el año 2013 no solo defiende la vinculación del navegante con Pontevedra sino que lo identifica con una de las figuras más destacadas del medievo gallego, el noble Pedro Álvarez de Soutomaior, Pedro Madruga.

En el libro Modesto Manuel Doval va detallando los argumentos que respaldan la teoría del Colón gallego. Explica por ejemplo que el almirante fue dando nombre a las costas americanas con unos 200 topónimos de las rías gallegas o que "casualmente" los amigos y enemigos de Pedro Madruga serían también los amigos y enemigos de Colón.

Relató a FARO en una entrevista que se había realizado un peritaje y más de 80 calígrafos coincidieron en que Pedro Madruga y Colón fueron la misma persona.

Sus investigaciones, pero especialmente su carácter afable, le granjearon numerosas amistades entre los colonianos o la comunidad emigrante y en general de muchos pontevedreses que este fin de semana lamentaron su desaparición

Dos años después de la publicación del libro, Modesto Manuel Doval fue protagonista de un rarísimo episodio de salud: tras sufrir un infarto, permaneció sin signos vitales durante 45 minutos. Tenía 52 años y la rápida actuación de su mujer y su hija y, posteriormente, del equipo médico, permitió que "resucitase".

Los siguientes 18 días los pasó en coma y sorprendentemente no sufrió el previsible daño cerebral, a pesar de que le aplicaron hasta seis veces el desfibrilador y los sanitarios llegaron a desentubarlo, pensando en su fallecimiento.

No padeció daños cerebrales pero sí coronarios y gran parte de su corazón resultó dañado. El pasado día 11 no superó un segundo infarto y falleció a los 54 años, solo unos días antes de ver realizado uno de los sueños de los colonianos: un congreso científico internacional en el que se reconocerá que en la Pontevedra de antes del descubrimiento existía el apellido Colón.