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Una guía hacia la esperanza laboral

Los 20 participantes en Proxecto Senda, desempleados o emprendedores, definen su futuro

Los asistentes al Proxecto Senda 2017. // Rafa Vázquez

"Llegas perdido, sin saber muy bien por dónde enfocar tu futuro laboral y aquí te ayudan a encauzar tus potencialidades y a que tú mismo seas capaz de marcarte un camino". Así definen los participantes de la segunda edición de Proxecto Senda su paso por el programa de formación que comenzó el pasado 28 de marzo y finalizó ayer.

Hicieron falta 10 sesiones espaciadas en algo más de dos meses. Pero los 20 seleccionados para recibir la formación variada del proyecto agradecen haberse decidido a apostar por él. Los perfiles eran variados. Desde desempleados con poca formación hasta personas ampliamente formadas que habían perdido su trabajo después de muchos años, pasando por gente que tenía muy claro que su futuro pasa por el emprendimiento o simples jóvenes sin experiencia laboral.

"Llevaba un año en el paro y te cansas de echar currículums a través de todas las plataformas posibles. Llega un punto en que todo es negativo e incluso dejas de creer en ti mismo", explica Pablo Méndez, para quien Senda le ayudó a "volver a creer" en sí mismo. "Es que precisamente buscamos darles la formación tecnológica y más teórica, por así decirlo, pero donde más hincapié hacemos en el apartado emocional", señala la responsable del proyecto, Raquel Pedrouso.

A lo largo de esta iniciativa, los alumnos fueron obteniendo conceptos de inteligencia emocional, marca personal, cultura colaborativa y habilidades para la mejora de la empleabilidad, además de poder contar con visitas de emprendedores con éxito y empresas consultoras que les ofrecieron información enfocada a cada caso y particular.

De este modo, la mayoría ya sabe por donde enfocar un futuro que, hasta su participación en Senda, era oscuro. "Yo estaba muy perdida en todos los ámbitos. Ahora al menos tenemos esa esperanza, esa ilusión...", expone Montse García, que se encuentra en una situación similar a la de Aránzazu Cabanas, que ya se ha marcado un objetivo en un tiempo estimado como forma de salir de una situación personal complicada.

En la misma línea se expresa Juan Manuel Méndez, para quien ahora ha quedado claro que "debemos trabajar para vivir". "En ocasiones hay trabajos que no te hacen feliz. Aquí hemos profundizado en los valores de la empresa, que deben estar en consonancia con los de uno mismo". Ahora, Méndez ya tiene claro su decisión entre aceptar un buen trabajo en Sudamérica o quedarse en España con su familia en un empleo peor.

Mientras, a otros esta experiencia les ha servido para definir su proyecto. Pablo Méndez apostará por una empresa de arreglos a domicilio llamada "Manitas". Mariana Parra, que es pedagoga, se enfocará hacia "Creaciones con ángel", un proyecto que carecía de sustento. Al igual que el de Noelia Otero, que se veía atascada en "Homeopatía en esencia", pero ahora ya ha adquirido las guías necesarias para impulsarlo.

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