Pilar Álvarez es la dueña de una joyería en los bajos del Mercado. Está al frente desde el año 2003, aunque el negocio lo abrieron sus padres en 1957. Ahora, todo apunta a que su hijo, de 33 años, tomará el relevo cuando ella se jubilé, en unos tres años aproximadamente.

Para ella, el principal problema son los altos alquileres que se están pidiendo por los bajos en la zona monumental. "Están pidiendo 1.000 euros, y eso no puede ser, porque un autónomo tiene que pagar sus cuotas, recibos... y las ventas no dan para tanto", se lamenta. Por otro lado, destaca la mala imagen y poca ayuda que ofrecen los edificios derruidos y abandonados en el casco viejo.

Una de las cuestiones que destaca como positivas es la disponibilidad de un parking subterráneo en la calle, que facilita las compras a los vecinos que no son del centro de la ciudad.