Se refirieron también a la asamblea celebrada el 25 de mayo, desacreditada por Pita y Sueiro. "La palabra asamblea provocó un grado de nerviosismo en el exalcalde y los dos que van en el lote, hasta el punto de ir casa por casa buscando firmas de sus familiares y amigos, de sus empleados, de los que pudiesen encontrar y así hacer ellos la buena, la asamblea buena, la general. Convocada ahora, tras el pacto, tras la entrega de la alcaldía, cuando ya no viene a cuento, en un día concreto en el que sabían que la cuarta concejala de SAL, Vanessa Rodríguez, no podría acudir por un compromiso personal ineludible. Convocan ahora, a unos con acuse de recibo, a otros no, a unos con un texto, a otros con otro? todo muy estatutario. Si fuesen al diccionario, como recomendó uno sus cuatro magníficos, sabrían que asamblea, reunión, junta, cónclave? son sinónimos. Pero la palabra"asamblea" los puso en guardia, sabían que habían metido la pata con sus propios estatutos. Estatutos que se modificaron en su día para evitar el transfuguismo o al menos marcar al tránsfuga. Qué casualidad que encajen perfectamente en sus conductas".

Los miembros de la candidatura recordaron también que sus excompañeros les acusaron de "radicales, de realizar un asamblea ilegal y de secuestrar las siglas de SAL" y se preguntan para qué iban a querer las siglas de un partido que algunos "han dinamitado desde dentro. Por nuestra parte pueden quedarse con las siglas y el partido entero, así como con los veintitantos mil euros por cabeza que van a cobrar cada año, en nombre de la jeta que le han puesto y no por el bien de Sanxenxo, como les enseñaron a decir. Si no podían o no sabían, o seguramente las dos cosas, entregaran el acta a los siguientes de la lista electoral y se fueran para casa".