La pretensión municipal de que las 47 hectáreas del tramo pontevedrés del río de Os Gafos se conviertan en espacio natural de interés local (ENIL) se remonta ya a abril de 2011, hace más de seis años, cuando se formuló la solicitud. Y todavía no se ha resuelto. Según la Consellería de Medio Ambiente, a causa de los vertidos al río, a un sin solución.
El gobierno local aún no ha comenzado los trabajos para sanear el río, pese a que se seleccionó la empresa hace tiempo. Con un presupuesto de 831.916 euros, además de actuar desde el límite con Vilaboa hasta la estación de autobuses, el proyecto se extenderá a lo largo de 648 metros más desde la estación hasta la avenida de Vigo y desde allí hasta la calle Alcalde Hevia.
Con este saneamiento, se espera que se abra la puerta a la declaración definitiva del río como Espacio Natural de Interés Local (ENIL), una categoría que permanece bloqueada desde diciembre de 2015 por Medio Ambiente.
Los vertidos so la principal razón que esgrime la Xunta para justificar el freno a una declaración que es provisional desde diciembre de 2013. Según las explicaciones de la consellería, el obligatorio plan de conservación que presentó el Concello en diciembre de 2015 (cuando estaba a punto de finalizar el plazo para ello) no hace referencia a la eliminación de esos vertidos, ya recurrentes desde hace años en Os Gafos, pese a que ya entonces estaba previsto este proyecto a punto de ser adjudicado.
De este modo, el conflicto por el ENIL se suma a las constantes discusiones a causa del río entre el Concello y la Xunta, administración que en 2010 se comprometió a ejecutar y financiar el saneamiento pero que en 2011, con la obra ya adjudicada, decidió unilateralmente descartarla. Finalmente es el Concello, con la colaboración económica de la Diputación, el que asume los trabajos.
Por tanto, todo apunta a que antes de 2018 la Xunta no decidirá sobre el ENIL, el segundo que se tramita en el municipio tras la ya concedida hace tiempo a la Xunqueira de Alba. La solicitud de Os Gafos fue aprobada en abril de 2011 y la declaración provisional llegó en diciembre de 2013. En diciembre de 2015, dos años después y al final del plazo reglamentario, el Concello envió a la Xunta el plan de conservación de este ámbito de 47 hectáreas en el recorrido rural del río hasta el límite con Vilaboa.
