Uno de los personajes más conocidos de Ponte Caldelas vivió ayer una jornada emotiva. Los amigos de Jesús Garrido Garrido le organizaron un homenaje con motivo de su jubilación, tras cumplir más de 40 años al volante de un taxi.

En el homenaje participó también el alcalde, Andrés Díaz Sobral, quien destacó el carácter agradable y siempre al servicio de los vecinos de Suso, a quien todo o mundo conoce como "O Trinta", un apodo heredado de su padre, originario de Barbudo y emigrante durante casi toda su vida en Lisboa. "Hai xente que pensa que vén do número do meu taxi, pero é o 8, simplemente é un nome que lle puxeron a meu pai non sei por que, pero tamén hai outros aos que chaman "O Trinta", sen ir máis lonxe en Moscoso ou en Arcade".

El grupo posó delante de la parada de taxis antes de celebrar una comida en el restaurante Pipeiro donde repasaron las anécdotas de toda una carreira profesional en la que dio buena cuenta de ocho coches distintos. Cogió la plaza de taxi hay 40 años a un vecino de Gradín, llamado Juan Carlos y la deja ahora a otro vecino de Taboadelo.

"O Trinta" emigró con su familia a la capital de Portugal con solo 9 años y no volvió a Ponte Caldelas hasta los 28, después de tramitar un permiso para atrasar su incorporación al servicio militar. De aquella, dada sus circunstancias, tenía que hacer mucho papeleo en el Consulado y no podía venir a España más de dos meses al año, cuenta.

Comezó a conducir el taxi el 8 de mayo de 1977, un oficio al que llegó de casualidad, pues su padre regentaba un negocio de vinos en Lisboa. Encontró así un medio para ganarse la vida "a base de botarlle moitas horas, porque este é un traballo moi escravo se queres sacarte un soldiño para vivir".

Recuerda que en aquellos años había dos paradas de taxi y 11 licencias en Ponte Caldelas y ahora solo queda la de la Alameda con ocho.