La agrupación de municipios Terras de Pontevedra, destinada a la promoción turística de la comarca, cumple una década desde su creación con el reto de "refundarse" después de un largo paréntesis de escasa actividad. Durante sus primeros cuatro años de existencia, entre 2008 y 2011, este mancomunidad contó con el apoyo económico europeo que permitió invertir hasta cuatro millones de euros en trabajos de promoción, señalización, difusión y puesta en valor de diversos recursos turísticos, especialmente el arte rupestre, pieza clave de este programa.
Sin embargo, desde hace unos seis años, la caída de los fondos redujo su impacto, un fenómeno que se pretende corregir con un aumento del presupuesto, que ahora es de algo más de cien mil euros, y ampliar el territorio de acción. Hasta ahora su ámbito son Pontevedra, Poio, Marín, Ponte Caldelas, Campo Lameiro, Cerdedo-Cotobade y Vilaboa, pero en la última reunión se aprobó la incorporación de A Lama. Además, está en marcha el "regreso" de Barro, que sí formaba parte de la mancomunidad en sus inicios, pero después la abandonó.
Para elevar el presupuesto, se ha decidido ampliar las aportaciones de cada municipio en función de su número de habitantes. Así, Pontevedra pasará de 10.700 a casi 25.000 euros, mientras que Marín aportará 7.400 euros, frente a los 3.300 actuales. En Poio son 4.700 los que se asignan ahora, por algo más de dos mil anteriormente. El resto de municipios suman unos 8.300 euros más, por los cuatro mil de los últimos años. En todo caso, estos fondos municipales suman apenas 45.000 euros, por lo que se confía en renovar el convenio con la Xunta.
