La Guardia Civil de Tráfico realizó el pasado año 215.843 pruebas de alcoholemia en las carreteras bajo su jurisdicción. Fueron 5.310 menos que las practicadas en el ejercicio anterior. De hecho, en los últimos cinco años (entre 2012 y 2016) solo 2014 concluyó con menos tests efectuadas.

En todo caso, 2016 concluyó con el índice más bajo de alcoholemias positivas de todo ese periodo. Apenas el 1,75% de todos los conductores sometidos a estas pruebas superaban los límites permitidos. Fueron 3.790 casos, frente a los 5.576 de 2013, el año que por el momento encabeza este ranking tanto en números absolutos como en porcentaje, ya que entonces el 2,34% de todos los analizados resultó positivo.

Así se detalla en una respuesta del Gobierno central en el Congreso a una pregunta al respecto por parte del grupo parlamentario socialista.

La documentación también resume los resultados de las pruebas para detectar el consumo de drogas al volante. En este caso, el pasado año hubo 4.080 análisis de este tipo, lo que convierte a 2016 en el ejercicio con más alto número de tests de este tipo. Cabe destacar que, por ejemplo, en 2012 fueron apenas 334 pruebas.

El número de positivos en 2106 fue de 1.801, es decir, el 44% del total, por encima del 38% de 2015, pero menor que casi el 50% de positivos de 2014.

También se detecta una inversión en las sustancias detectadas. Dominan la cocaína y el cannabis, pero la primera pasó del 39% de los casos en 2012 al 28% actual, mientras que el segundo asciende: Se pasó en cinco años del 17% a más de 56%.