El sector hotelero siempre echa mano de las estadísticas para calcular la dimensión del negocio que mueve el alquiler de viviendas de uso turístico cada verano en Sanxenxo. Las cifras son claras: El parque inmobiliario en la localidad está cifrado en unas 16.900 viviendas de las que tan solo 5.800 son domicilio habitual a lo largo de todo el año. Del resto, se calcula que algo más de ocho mil son segundas residencias y finalmente hay otras tres mil que simplemente están vacías. Una gran mayoría de todas estas tres mil se cree que salía al mercado antes de la regularización. Por lo visto hasta el momento no parece que el decreto vaya a mermar la oferta pero cuando menos los hosteleros se congratulan de que contribuirá a que habrá más igualdad a la hora de competir. Para empezar, darse de alta en el registro de actividades turísticas permitirá aflorar en muchos casos una actividad económica que hasta ahora había ocasiones en la que pasaba desapercibida para el fisco. En cualquier caso, Hacienda ya está mirando con lupa desde hace años todos los anuncios que se publican en internet con alquileres vacacionales y remitiendo cartas de aviso a sus propietarios indicándoles que deben tributar por estos arrendamientos.

El decreto poco más supone, dado que aparte del seguro de responsabilidad civil, exige un teléfono 24 horas para que el inquilino pueda transmitir incidencias o la disponibilidad de hojas de reclamaciones, entre otras.