Leo Fernández, un vecino de Caldas que se cambió de sexo hace dos años, denuncia sentirse discriminado por parte del gobierno autonómico, al que acusa de querer quitarle a su hija por su condición de transexual.

El proceso de cambio de sexo de Leo Fernández comenzó tras tener a su hija hace un par de años. "El cambio ya lo he realizado a todos los niveles, solo me faltaría cambiar el DNI", explica.

"Los problemas comenzaron en el año 2015, cuando empecé con el proceso de hormonación, cuando la niña tenía unos meses", recuerda. Esta situación le provocó ciertos problemas en casa y fuertes discusiones con su familia, que con el tiempo han cesado. "Ahora ya cuento con el apoyo de mi madre y mi padre", confiesa.

Tras un incidente con un familiar, en el que se produjo una agresión, Leo tuvo que acercarse hasta el hospital con su hija, lo que desencadenó, asegura, la intervención de los servicios sociales.

En ese momento, Leo, antes Rosana, presentó una denuncia de la cual se derivó una orden de alejamiento de este familiar tanto de él como de su hija. Desde entonces, indica, se realiza un seguimiento por parte de la Fiscalía de Menores, "que no puedo parar".

"Cada vez que digo que no puedo vivir así, me dicen que todo se va a complicar más porque me puedo quedar sin mi hija", se lamenta.

Leo Fernández constituyó hace más de un año la asociación de gays, lesbianas, bisexuales y transexuales "Dereito a ser" con el fin de crear un colectivo que oriente a jóvenes y adultos víctimas de acoso y maltrato por su condición sexual.

El vecino de Caldas, de 26 años, decidió independizarse de su familia para que su hija tuviese una vida más tranquila, por recomendación de los servicios sociales. En este sentido, dice que a su hija no le falta "de nada". "Tiene un techo, comida, su ropa, juguetes... No se enferma, está bien", explica.

Aunque actualmente no tiene trabajo ni paro, él y su niña, tal y como cuenta, "salimos adelante con la ayuda económica de mi pareja y de mi madre".

"Me dicen que tengo que trabajar para mantener yo a mi hija, pero yo tuve un accidente muy grave, que hasta estuve en silla de ruedas, y muchos dolores de espalda. ¿Cómo hago?", se lamenta.

"Me ponen entre la espalda y la pared, porque me dicen que con mis padres no puedo estar porque la convivencia no es buena y que tengo que vivir con mi hija solo, pero pagar todos los gastos es muy difícil. Alegan que en vez de gastar el dinero en la hormonación que invierta ese dinero en mi hija, que al final, dicen, que no va saber si llamarme mamá o papá", manifiesta. "Yo inicié un proceso en el que yo lucho contra todo solo", recalca.

Leo Fernández ya ha consultado a un abogado, que le ha aconsejado que no deje a su hija con sus padres. "Me la quieren quitar porque quieren. Si yo fuera una mujer heterosexual no tendría tanta lucha", concluye.