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El meollo

Salvar el Mercantil

Salvar el Mercantil

Deporte, cultura y ocio. Estos tres valores que Ernesto Filgueira Touriño, presidente en funciones del Casino Mercantil e Industrial, ha puesto sobre la mesa de trabajo de su junta directiva para tratar de dinamizar la vida interna de la sociedad recreativa en los próximos meses, no conforman un mal plan para lograr un fin tan loable.

En términos médicos, la receta es buena, pero se ignora si el tratamiento va a resultar suficiente para mejorar, no ya curar, un padecimiento irreversible que se llama senectud, que suena mejor que decrepitud, aunque ambas cosas signifiquen lo mismo, o sea vejez.

Las entidades recreativas son un producto del pasado que hoy no tiene tanta razón de ser, puesto que surgieron como respuesta válida a unas necesidades sociales de otras épocas demasiado pretéritas. Un siglo o siglo y medio resulta mucho tiempo para la vigencia de un proyecto tan antiguo. En todo caso, algunas instituciones todavía aguantan lo indecible o lo inimaginable, circunstancia esta que demuestra su vigorosidad fundacional. El Mercantil constituye un ejemplo vivo.

Pontevedra ha sido una ciudad rica, incluso muy rica, en sociedades recreativas que cumplieron sus objetivos y dejaron huellas indelebles en la intrahistoria local. Desde la Sociedad Recreo de Artesanos, hasta La Peña, pasando por la Asociación Protectora del Obrero o la Sociedad Económica de Amigos del País, el listado resulta glorioso.

Lo peor que puede pasarle hoy a una entidad que aspira a festejar su centenario plantando cara a la ancianidad, como resulta el caso del Mercantil (en 2018 cumplirá 90 años) es la desunión de su masa social representada por su junta directiva. Y de ese cáncer trata de sobreponerse ahora tras la renuncia un tanto forzada del presidente saliente, Roberto Vega Castro.

Dentro de una situación interna tan delicada, el presidente en funciones, Ernesto Filgueira Touriño, aporta experiencia, fiabilidad y esperanza. Su capacidad de trabajo está más que probada después del dinamismo insuflado a la zona monumental. Lo que no consiga Ernesto, no va a lograrlo nadie.

Cuál es el camino que tiene que seguir y, sobre todo, cuál es el error que no puede cometer el Casino Mercantil e Industrial para convertirse en entidad centenaria, constituye sin duda el meollo de la cuestión.

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