El gobierno local aprobó ayer la polémica compra de un local en la confluencia de las calles Ferreiros y Pardo Bazán de 1.300 metros cuadrados (600 metros en la planta baja y 700 en la planta alta), por algo más de 1,2 millones de euros y donde está previsto reubicar los servicios de Tesorería, Rentas y Urbanismo. No obstante, el uso efectivo de estas futuras oficinas no será una realidad hasta la primavera de 2018, dentro de casi un año ya que aún falta completar toda la operación de compra y después acondicionar los locales, unas obras que previsiblemente no comenzarán hasta octubre o noviembre.

Según explicó el portavoz municipal, Raimundo González Carballo, una vez rematado el expediente se invitará al propietario del local (una fundación bancaria) a aceptar la compra y posteriormente se hará la escritura pública ante notario. Se espera que el local sea de propiedad municipal en junio.

Está prevista la unificación en una sola dependencia del servicio de Urbanismo, que engloba las áreas de fomento, planeamiento, disciplina urbanística, inspección, y multas, distribuidos ahora entre los edificios de Churruchaos y el Principal. Y también está previsto unificar en una única dependencia Tesorería, de la que dependen gestión tributaria, inspección tributaria y tesorería. Hoy estos servicios están distribuidos entre el edificio de inspección de la calle Jofre de Tenorio y en el edificio de Michelena 30.

Son 79 puestos de trabajos los integrados en estos departamentos, que son más que todo el personal que ahora se aloja en el edificio de Michelena.

El PP ha criticado la operación y emplaza al Concello a restaurar la sede de Hacienda en la ferrería o alquiler unos locales en el antiguo Banco de España. El gobierno local ha descartado estas opciones y también la búsqueda de otros locales "porque no los hay a este precio y de esa superficie en las inmediaciones del Concello".