La plantilla de Elnosa retomará hoy las movilizaciones para defender sus puestos de trabajo en la fábrica de Lourizán con una marcha que terminará, con aires de cierto "escrache", en el lugar de Pazos, en Marcón, donde tiene su residencia el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores.

No obstante, los trabajadores de la clorera comienzan a apuntar con claridad en sus protestas más allá del gobierno local de Pontevedra. La manifestación saldrá de las instalaciones de la empresa en Lourizán y pasará por delante del Concello, pero también hará un alto ante las dependencias de la Xunta. Y es que los trabajadores no solo denunciarán "el acoso permanente" al que dicen estar siendo sometidos por el ejecutivo municipal de Pontevedra", sino que también pretenden exigir a la empresa la toma urgente de decisiones y reclamar a la Xunta que garantice las condiciones que "permitan el mantenimiento de la actividad productiva de la clorera en Lourizán".

Y es que la plantilla de Elnosa recuerda que el tiempo se les agota y, por el momento, parece que los movimientos de todas las partes implicadas van más lentos de lo que a ellos les gustaría para evitar el cierre de Elnosa en Lourizán: "As cousas non se moven y estamos a siete meses del posible cierre", lamentaba ayer Avelino García, presidente del comité de empresa de la clorera. Cabe recordar que una de las principales amenazas que pende sobre la clorera es la entrada en vigor de la normativa europea que impide la producción de cloro utilizando la antigua tecnología de mercurio (como la que emplea actualmente Elnosa) más allá del 11 de diciembre de este mismo año.

En este sentido, los trabajadores se mostraron desde un primer momento convencidos de que las autoridades iban a permitir moratorias a las empresas cloreras de España (y también en otras zonas de Europa) dado que la mayor parte de ellas todavía utilizan esta tecnología de mercurio que se ha declarado obsoleta. Ahora, los trabajadores de Elnosa se agarran como un clavo ardiendo al primer caso de este tipo que parece darse en España y que es la moratoria que, según la prensa local, ha recibido ya de forma preliminar la planta de Solvay en Torrelavega para continuar con su producción durante dos años utilizando el mercurio mientras no se completa el cambio de tecnología a una de membranas más moderna y respetuosa con el medio. El mantenimiento del empleo y el posible desabastecimiento de cloro son algunos de los argumentos que esgrime la comunidad para dar luz verde a este medida.

La tramitación de esta prórroga por parte del gobierno cántabro ya ha generado polémica en la región en donde los grupos ecologistas califica la medida de ilegal. Creen que se estaría incumpliendo claramente la normativa europea que indica tajantemente que a partir del 11 de diciembre no se puede producir con mercurio. No obstante, para la plantilla de Elnosa es una vía más a explorar y anuncian que plantearán a la empresa la posibilidad de solicitar ante la Xunta una moratoria similar para Lourizán.

Los mismos dueños

Curiosamente, esta planta de Torrelavega es la misma de la que trascendió a finales del año pasado que había sido adquirida por el grupo portugués CUF, el mismo propietario de Elnosa, en donde ya se anunció una fuerte inversión de 50 millones de euros para aplicar esta tecnología de membrana. Mientras los planes de CUF parecen ir viento en popa en tierras cántabras, los trabajadores lamentan que los obstáculos parezcan insalvables para la fábrica de Lourizán.

De momento, los trabajadores vuelven hoy a la calle para intensificar la presión sobre los distintos gobiernos y la propia empresa para que muevan ficha y aclaren el futuro de Elnosa en Pontevedra.