"Medidas para los cien primeros días de gobierno". Justo hace dos años, en mayo de 2015, el entonces aspirante a la reelección, Miguel Fernández Lores, detallaba sus iniciativas más urgentes para el inicio del actual mandato. Al margen de asuntos de trámite, burocráticos o protocolarios como presentar el programa de fiestas o pedir una entrevista con un ministro o un conselleiro, se pueden dar por cumplidas promesas como la plaza del Hospital, la urbanización de la zona verde de Pasarón, el núcleo de centralidad de Salcedo y su centro social, el proyecto de mejora del acceso a Os Fontáns (Xeve), un nuevo diseño para los terrenos deportivos de A Parda, el aparcamiento junto al instituto Torrente Ballester, mejoras en la senda del Lérez o el impulso del parque forestal de A Fracha.
Sin embargo, pasados dos años desde aquel catálogo de "medidas urgentes", al menos treinta de ellas todavía aguardan por su inicio, un retraso que coincide con las constantes denuncias del PP sobre la supuesta "parálisis" del gobierno local y con la reciente remodelación del equipo de Lores para "ganar coordinación", mejorar el proceso de coordinación y "dar un nuevo impulso" a la labor de gobierno, según las explicaciones del propio alcalde.
Entre las asignaturas pendientes figuran capítulos de gran calado, como los contratos de agua y basura, especialmente el segundo, uno de los planes "estrella" del BNG con la implantación de un sistema de compostaje en todo el municipio que discurre con mucha más lentitud de la esperada. Y también se echa de menos mayor implicación municipal en la búsqueda de una solución a los antiguos terrenos de Malvar en Mollabao, atascados por una "traba burocrática" entre los actuales dueños, el Catastro y el Registro de la Propiedad.
Pero son solo dos ejemplos, quizás entre los más llamativos, de un plan que se presentó como un "arranque como cohetes", pero en el que parece fallar el motor.
Un documento marco con las líneas estratégicas de promoción de la ciudad y captación de turismo, "especial atención" al Camiño Portugués, O Castañal u Otero Pedrayo, la tramitación del nuevo acceso a Monte Porreiro desde los terrenos de Tafisa, los proyectos para las tres pasarelas sobre el tren en Doce de Novembro, A Seca y Médico Ballina o el núcleo de centralidad de Marcón son algunas de las medidas de aquellos "cien primeros días de gobierno" que aún no han salido adelante.
Al menos media docena de propuestas para el rural (mejora de accesos, pavimentaciones de viales o casas de cultura) tampoco registran avances, como ocurre con el transporte bajo demanda, una idea que el alcalde planteó con taxis pero que aún sigue en el cajón.
La cesión de la calle Rosalía de Castro hasta Pontemuiños o del tramo de la N-550 entre A Xunqueira y el cruce de Alba tampoco se han conseguido hasta ahora, si bien en este caso parte de la culpa corresponde también a la Xunta y el Ministerio de Fomento, reacios a entregar esos viales y a ejecutar obras de mejora. Un plan de restauración de cruceiros, mejoras en los atrios de Santa Margarita y San Mauro o la transferencia a la Xunta de la Unidad de Drogodependencias son otros temas pendientes.
