En la I Ruta Pincho e Raia se consumieron unos 2.000 pinchos que fueron servidos en los dieciseis establecimientos participantes. Durante los cinco fines de semana de abril, buena parte de los establecimientos de hostelería adscritos a esta Ruta despacharon entre 200 y 300 pinchos. Este es el balance de esta iniciativa que hicieron ayer las concejalías de Turismo y Fiestas que dirige Jesús Sueiro.

Los datos facilitados por los participantes demuestran que, salvo excepciones, esta propuesta ha funcionado mejor para aquellos establecimientos situados en el centro de Portonovo que para los que se ubican en las afueras.

Estos datos de venta directa se tradujeron también en un impacto económico importante para el sector hostelero, ya que la Ruta Pincho e Raia no solo atrajo a consumidores del municipio sino que también ha servido de revulsivo para que personas de toda la comarca se acercaran a Portonovo y descubrieran las innovadoras propuestas culinarias con las que los hosteleros de la villa participaron en esta iniciativa.

Y si el balance es positivo entre los hosteleros, también lo es entre los consumidores. La creatividad en la elaboración de los pinchos y la originalidad en su presentación, han sido denominadores comunes en esta iniciativa.

Repercusión

Jesús Sueiro cree además que esta convocatoria ha tenido una repercusión positiva también para el sector pesquero, ya que ha servido para promocionar un producto, la raya, directamente vinculado a Portonovo. La coincidencia del último fin de semana de esta Ruta con la celebración de la Festa da Raia incluso hizo subir ligeramente la cotización de esta especie.

Fue precisamente en la lonja, y coincidiendo con el último acto programado en la Festa da Raia, cuando se sortearon los premios entre los participantes en esta Ruta.

Cabe recordar que los consumidores debían de sellar al menos en ocho locales sus tarjetas y depositarlas posteriormente en una urna para entrar en los sorteos de regalos, que recayeron en Ernesto Piñeiro Aragunde, el curso de iniciación piragüismo donado por el Club de Piragüismo Portonovo; José Manuel Torres García, el curso de fotografía de Ollares de Portonovo; y María Lores Méndez fue quien se llevó el televisor de 43 pulgadas.