Campolongo se convierte cada lunes, desde hace meses, en un improvisado circuito ciclista cuyo objetivo no es reclamar más seguridad vial para los aficionados, como sí se hizo en la pedalada del pasado domingo por la ciudad, ni promocionar la creación de más carriles específicos. Se trata de romper todas las barreras y universalizar el deporte del pedal, conseguir que todo el mundo pueda disfrutar de él, y en especial los jóvenes con parálisis cerebral de la asociación Amencer-Aspace.

Ayer volvió a repetirse la experiencia, en las inmediaciones de la delegación de la Xunta, en una nueva jornada del programa Rodando en el que colaboran los dos colectivos. Si hace unos meses se logró el objetivo de conseguir voluntarios para ayudar a los pequeños, ahora se ha puesto en marcha una campaña para recaudar fondos y ampliar el número de bicicletas adaptadas. En concreto, el objetivo es lograr una bici co-pilot, que, según explica Manuel Torres, ronda los 6.000 euros. Es un tándem de tres o cuatro ruedas que permite que la persona con discapacidad participe en el pedaleo

Se trata de que algunos de los participantes no solo disfruten de la bici de un modo pasivo -sentados en una silla acoplada mientras pedalea otro- sino que puedan dar pedales, aunque sea el voluntario el que maneje el manillar. Al igual que ocurrió cuando se buscaban voluntarios, los interesados pueden contactar con el colectivo ciclista a través de Facebook o en el teléfono 626862238.

Pedaladas contaba al menos con una "duet bicicleta", una combinación entre una bici y una silla de ruedas; una "hand bike", un vehículo para pedalear con las manos, y triciclos, cedidos por la empresa Rodas Galicia. En la jornada de ayer alrededor de diez miembros de Amencer-Aspace participaron en esta particular jornada para universalizar esta actividad.

Y es que el programa Rodando no deja de crecer, lo que hace pensar en que este llamamiento será un éxito. En su día esta iniciativa solidaria tuvo un gran eco entre los que se ofrecieron como voluntarios, hasta el punto de que "llegamos a tener más voluntarios que usuarios con posibilidad de montar en alguna de las bicis con las que contamos", según explicaba entonces Pedaladas.

Por el momento los paseos se circunscriben a espacios restringidos y sin tráfico rodado alguno, como el parque de Campolongo y, ayer, en entorno también peatonalizado de la delegación de la Xunta, pero no se descarta en el futuro apuestas de mayor calado, como alguna ruta por la zona o incluso algún tramo del Camiño Portugués. Lo importante es demostrar que el ciclismo es para todos.