Más de 4.100 adultos del municipio de Pontevedra padecen asma, una enfermedad respiratoria crónica especialmente presente en los últimos meses en los servicios de salud, ya que se han exacerbado los brotes por factores como el incremento de las temperaturas.

Si entre los adultos del área sanitaria de Pontevedra el servicio de Neumología del Complejo Hospitalario (CHOP) estima que la el asma afecta al 5% de la población, en el caso de los menores el porcentaje se duplica y, en casos, triplica.

De hecho, es una enfermedad cada vez más frecuente entre niños y adolescentes, en buena parte de los casos como respuesta a elementos que les producen alergia, caso del polen, ácaros del polvo, piel las mascotas (perros, gatos, caballos y roedores los más comunes), humo, aire frío, alimentos o aditivos que se utilizan para su procesado.

El asma es una de las diez enfermedades más frecuentes, la dolencia crónica más común en la infancia y su prevalencia se ha duplicado en la última década.

En cada aula de España hay una media de tres niños asmáticos y la enfermedad tiene un impacto importante en la calidad de vida cuando no recibe el tratamiento adecuado, fundamentalmente por el ausentismo laboral en los adultos y escolar en los niños, con la consecuente repercusión negativa en el proceso de aprendizaje

"A pesar de que existen distintos tipos de asma", precisan los profesionales del CHOP, "el 60% es de origen alérgica" y este año la exacerbación del asma bronquial provocó que en la temporada de gripe se incrementasen los ingresos en el servicio de Neumología.

"Se registraron 100 ingresos más de los habituales", señalan a este respecto los portavoces del Servicio Galego de Saúde, un aumento que se debe "sobre todo al incremento de la contaminación en el ambiente, al aumento de la temperatura templada y a una mayor presencia de alérgenos en el ambiente, caso del polen".

Tos, silbidos al respirar, sensación de falta de aire, opresión en el pecho, mucosidad y fatiga son algunos de los síntomas del asma, que suelen iniciarse en la infancia o adolescencia.

La mitad de estos casos diagnosticados en menores se resuelven durante la pubertad y la vida adulta pero el 50% continúa o reaparece al cabo de unos años y entre un 30 y un 50% de los asmáticos padecen rinitis alérgica.

Los niños con alergias a los alimentos tienen más riesgo de desarrollar asma y rinitis alérgica y se estima que actualmente más del 5% de los bebés entre 0 y 5 años padece una alergia a un alimento.

Durante el brote de asma, se reagudiza la enfermedad, debido a un factor desencadenante como podrían ser medicamentos, alérgenos, una infección viral o irritantes como el humo del tabaco. A partir de ahí se produce una inflamación con estrechamiento de la vía aérea y como resultado se obstruye la llegada de aire hacia los pulmones, momento en el que los afectados experimentan la sensación de ahogo, a mayores de tos etc.

Entre una crisis y la siguiente, el paciente asmático suele encontrarse sin síntomas, aparentemente sano.

En función de la causa los especialistas distinguen entre asma atópico, extrínseco o alérgico, secundario a ácaros, pólenes, epitelios de animales, hongos, alimentos (el más frecuente); intrínseco, de origen no conocido; profesional causado por harinas, productos industriales, tintes de peluquería, cuidadores de granja y aves de corral, entre otros agentes; por medicamentos, caso de los antiinflamatorios; e inducido por el ejercicio.

Se relaciona el asma con la predisposición genética: si uno de los padres es asmático, la probabilidad de que el niño desarrolle la enfermedad es de 25%; y si los dos progenitores padecen la enfermedad, ese porcentaje aumenta significativamente, hasta el 70%.

Las principales recomendaciones de los profesionales del servicio de Neumología a sus pacientes son "el seguimiento del plan de acción previsto por el médico, realizar el tratamiento con la medicación adecuada y fármacos prácticamente individualizados".

En lo que respecta al plan de acción, el Sergas recuerda que "en él están implicados tanto los neumólogos como los profesionales de Atención Primaria, puesto que son los que valoran muchos casos de asma bronquial".

La OMS calcula que en la actualidad hay 235 millones de pacientes con asma.