La ampliación de los premios o un jurado más extenso no evitaron que en el Concurso de Maios de Poio se repitiesen los empates en varias de las categorías. Por lo demás, de nuevo los colectivos vecinales y de amigos fueron los protagonistas de una jornada dedicada a festejar el arranque de la primavera y que no se pudo celebrar en su jornada habitual, el Primero de Mayo, ya que entonces fue aplazada a causa del luto oficial decretado tras el naufragio del pesquero Nuevo Marcos, en el que fallecieron tres marineros de Campelo.

En este 2017 la cita convocó en el parque de A Seca a once grupos. Se evitó la praza do Mosteiro para no interferir con la actividad religiosa. Todos cumplieron las normas de construir un armazón sin estructura metálica, atado con "bimbios" y adornado con hinojo, naranjas o huevos, además de las flores.

Y para dar ritmo a las coplas, solo palos, de modo que los asistentes puedan fijarse en que se cumplen los ritos: "estrofas de catro versos de sete ou oito sílabas, rimando a segunda coa cuarta", con buena entonación, valorándose o "son do cantar e actuación do conxunto", señalan las bases.

Un año más, los maios interesados pudieron participar también en la modalidad de coroa, que han de situar al menos durante la actuación. Flores y hojas naturales, silvestres y de la temporada sirvieron para decorar las estructuras, a las que los grupos interesados también pudieron sumar otro elemento típico del Maio de Poio: el barco tradicional.

Finalmente, fueron los más votados Pimpím, Boureante, Fontenla y Marepodium, en un soleado día de fiesta que coincidió con el Día de la Madre, reforzando el carácter familiar de la jornada. De nuevo el certamen reservó premios para el mejor conjunto, maio, coplas, coroa, actuación y barco galego tradicional, distintas modalidades que, en función de la clasificación, otorgaron a los grupos entre 60 y 190 euros.