En la calle Lepanto de Pontevedra "los vecinos nos tenemos que cruzar de perfil en las aceras porque no cabemos, las sillas de niños o de ruedas tienen que bajar a la calzada, por la noche estamos en penumbra y la falta de luz hace que los desaprensivos vengan a hacer sus necesidades a esta calle, no pasa una barredora de la limpieza sencillamente porque no cabe". Son algunas de las quejas de los vecinos y comerciantes de esta céntrica calle de Pontevedra, que anuncian movilizaciones si el Concello no responde a sus demandas.

En una asamblea celebrada ayer en un local de esta calle, los vecinos explicaron que llevan varios meses reclamando al gobierno local que "cumpla sus compromisos" con esta zona, dado que en 2015 el gobierno local anunció un proyecto de reforma urbana para las calles José Millán, Javier Puig y Lepanto, que solo se materializó en las primeras.

Tras muchos meses esperando a que empiecen las obras en esta calle, y al comprobar que pasa el tiempo sin que haya previsión de inicio de los trabajos, algunos vecinos se dirigieron tanto al alcalde de Pontevedra, Miguel Fernández Lores, como al exconcejal de Obras Urbanas, Luis Bará, para preguntarles cuándo prevén cumplir su compromiso con esta calle. Al recibir evasivas como respuesta, el pasado 20 de febrero dirigieron un escrito al gobierno municipal -a través de la Subdelegación del Gobierno, ya que aseguran que en el Concello no se lo recogían por no ser un colectivo formalmente constituido- reclamando que se haga frente a las carencias de la calle. Casi tres meses después y en vista de que el gobierno local sigue haciendo caso omiso a sus demandas, vecinos y comerciantes han celebrado esta primera asamblea para organizar medidas de presión. La primera ha sido la denuncia pública a través de los medios de comunicación y, en caso de no lograr una reacción satisfactoria por parte del Concello, comenzarán con las protestas.

En la reunión de ayer los vecinos apuntaron las primeras medidas, como cortes viarios en el centro de Pontevedra cruzando constantemente un paso de peatones, o la exhibición pública de su malestar con el gobierno local a través de pancartas y letreros colgados de los balcones. "Primero lo intentaremos con el diálogo, pero si la cosa sigue así habrá que pasar a lo radical", apuntó un portavoz vecinal.

En el transcurso de la reunión apuntaron datos como que "hace 20 años que no se hacen obras en esta calle", al margen -matizaron- de la renovación de farolas que "ahorrarán mucha energía, pero apenas dan luz, por eso esta calle siempre está en penumbra y los más incívicos vienen aquí a orinar, o a que el perro deje sus cosas", explican los vecinos.