El origen de este convenio se remonta a varios meses atrás, cuando la Xunta asumió que el estado de la estación de autobuses es deplorable y las pequeñas obras ejecutadas, en especial la instalación de unos ascensores y la eliminación de las inútiles escaleras mecánicas, no mejoraron el aspecto general del recinto. Con el paso de los meses, este proyecto se fue ampliando con la incorporación de otras actuaciones, pero sin abandonar la imprescindible renovación del recinto, una actuación que la Xunta admite como "muy necesaria".

Esos dos millones iniciales, procedentes de fondos europeos finalistas, se mantienen en el programa con la intención de acometer la remodelación de la fachada, la reparación de la cubierta y la renovación de espacios interiores, entre otras actuaciones. Es precisamente este apartado del convenio el que ha llevado al gobierno local a asumir finalmente la aportación de un millón de euros que reclamaba el ejecutivo autonómico para seguir adelante. En realidad, el hecho de que la Xunta tenga que invertir esos dos millones en la terminal de transporte de viajeros por carretera de forma obligatoria, es la causa de que el gobierno local se implique económicamente con el fin de ampliar la actuación y extenderla a todo el entorno de la estación. "Es una gran operación para Pontevedra", admite César Mosquera, que pone especial énfasis en lo que supondrá de modernización de la estación de autobuses, tanto en lo que se refiere al propio edificio, como a la circulación de los vehículos.

El último "parche" ejecutado en el edificio fue en 2014, después de una intensa campaña social de denuncia de sus deficiencias. Aquellas mejoras no resolvieron todos sus defectos, aunque se repararon aspectos como la accesibilidad, instalando ascensores para los pasajeros, la eliminación de las filtraciones de agua que padece la terminal y diversas reparaciones en los baños constituyen los ejes de este plan de choque.

Se eliminaron las viejas escaleras mecánicas, que no funcionaban y se hicieron reparaciones en la cubierta para evitar las goteras. También se actuó en los aseos y algunos pavimentos, pero todo ello no resultó suficiente para mejorar las instalaciones.