"Aceites de linaza, piedras pómez, productos para curtido, pigmentos para pinturas, almidón para ropas, gomas, resinas, productos para la elaboración de velas (estearina, cera virgen), vaselinas, glicerinas, raticidas, topicidas e insecticidas específicos para cualquier problema. La más amplia gama de disolventes ?,¡¡ y todo en la cantidad que se quiera !! ; para que no compre nada más que lo necesario y se evite problemas de almacenamiento. Porque para ello, este establecimiento cuenta con un servicio de recogida de productos y envases de todo tipo". Es lo que prometía la publicidad de la Droguería Moderna? Y lo cumplía.

Fue fundada en 1924 por el farmacéutico Luis Esteban Hernández, padre de Luis Esteban Menéndez, también boticario y que con 94 años seguía recientemente en activo levando las riendas del negocio.

La Moderna compartía plaza con otro comercio desaparecido el pasado otoño tras más de 140 años de historia, la Ferretería Varela, que abrió sus puertas en 1875 en Curros Enríquez, a solo unos metros por otra parte de otro comercio dolorosamente perdido en febrero de 2016 en un incendio, La Moda Ideal, en la calle Soportales.

Pasado casi un siglo desde su apertura en la droguería también trabajaba la cuarta generación de la misma familia, al frente de una "joven, formada y experimentada plantilla" contratada a tiempo completo, como se retrataba el comercio en uno de los numerosos reconocimientos que recibió.

A la cabeza en el ranking de galardones, los correspondientes a establecimientos con encanto. Fueron decenas los reconocimiento a una droguería que se ha autorretrataba con justicia como "el vivo recuerdo que tenemos de los comercios de antaño. Esa mezcla de colores, olores y formas que permanecen en la memoria de por vida?".

Mostradores, estanterías, suelos, mezclas de olores a colonias, semillas, ceras? Las escobas de ramas y los sacos? Todo el ambiente contribuyó a hacer de la Droguería Moderna escenario de grabaciones de numerosos audiovisuales y merecidamente premiada por la fiel conservación de su espíritu original.

En paralelo ha sido patrocinadora de iniciativas culturales y sociales de todo tipo, hasta el Mongol Rally de 2009 que permitió recaudar fondos para la infancia y el desarrollo de la mujer pero, en especial un buen comercio.

Y es que por encima de todo la clientela continuaba valorando su maravilloso catálogo de productos, imposible para un establecimiento menos especializado: tratamientos antiplagas, tinte para ropa y pieles, corchos de todo tipo, quitamanchas, conservantes, esencias y colorantes para alimentación, productos de manualidades, restauración y bellas artes, amén de la elaboración y destilación de licores.

Otros acudían en busca de exvotos, velas devocionales, inciensos, aromatizadores, de las tradicionales hierbas de San Xoán?

Hasta 10.000 referencias de productos la situaban entre las mejores droguerías, pero ni ello evitó que la actualización de la renta antigua, que caduca con el fallecimiento de Luis Esteban Menéndez y las dificultades para la obtención de una nueva licencia motivasen que el actual responsable de la droguería Eduardo Esteban, haya optado por el cierre.

No obstante, los clientes seguirán siendo atendidos en la farmacia contigua, propiedad también de la familia Esteban y que cada vez recupera más su vocación de botica tradicional. La alternativa no los consolará de la pérdida de un buque insignia del comercio local: para comercio arduo, sobrevivir, pensarán.