Aunque se declara de acuerdo con el compostaje, el modelo elegido por el Concello para el tratamiento de la materia orgánica no acaba de convencer el PP, que solo ve "mucho marketing, mucho negocio y poco compost". Así lo denunció ayer su portavoz, Jacobo Moreira, que critica la "indefinición y falta de rumbo" de un plan que aún no está en funcionamiento tras dos años de mandato.

Moreira subrayó ayer sus críticas con la denuncia de una "chapuza" a la hora de adquirir los composteros para los barrios de Monte Porreiro y Campolongo, por 172.000 euros. "Después de comprarlos, el BNG se dio cuenta de que es necesaria una obra civil, con un coste de 420.000 euros, un dinero que no estaba previsto" y que se habilitó en la última modificación presupuestaria, hace unas semanas. "Al tratarse de una cantidad tan elevada, es obligatorio realizar un concurso público. Sin embargo, a pesar de decir que la obra cuesta 420.000 euros, el expediente de contratación sale por 199.500,93 euros, curiosamente tan solo 399,07 euros por debajo del tope máximo para poder hacerlo sin publicidad", explicó Jacobo Moreira, que ve esta maniobra como "un fraccionamiento de contrato" y esgrime un informe técnico del secretario municipal para enfatizar sus quejas. Aunque este informe es favorable a la decisión del gobierno local, alerta de algunas posibles anomalías y cuestiona "ese fraccionamiento de contrato".

"Por una parte, hay un contrato de suministro de composteros comunitarios, y por otra, un contrato de obra para acondicionamiento y construcción de centros de compostaje El documento reconoce que existe un vínculo operativo y funcional entre ambos contratos por lo que deberían licitarse conjuntamente", añade Moreira, que también recuerda que desde diciembre de 2015 se pagan 20.000 euros al año por el alquiler de unos terrenos en A Canicouva para una planta de compostaje de la que no hay siquiera proyecto.