Una de las razones que esgrimió ayer el alcalde para justificar esta remodelación de gobierno está relacionada con supuestos pactos con otro grupo. Subrayó que al inicio del mandato, con un gobierno monocolor se realizó un reparto de tareas "temporal" ante la "expectativa" de algún acuerdo con el PSOE o Marea, pero "hoy, casi definitivamente, descartamos la posibilidad de que otro grupo entre a gobernar", lo que lleva a realizar una asignación de tareas permanente.

La remodelación llega, por tanto, después de las conversaciones con Marea, desde diciembre hasta ahora, para alcanzar un posible acuerdo que Lores ya considera imposible porque ninguno de los dos grupos "quisimos ir más allá" en sus cesiones e "igual que hay coincidencias, también hay divergencias grandísimas, que impiden un acuerdo estable de mandato".

Curiosamente, mientras la remodelación de ayer es un punto y final en esa posibilidad para Lores, para Marea se presenta como una nueva oportunidad de diálogo, y así lo dejó claro ayer Luís Rei: "La pérdida de atribuciones de Luís Bará, fruto de las múltiples incorporaciones a tareas orgánicas institucionales, viene a parchear unas carencias que podrían cubrirse construyendo una mayoría más amplia de progreso". Por ello "seguimos tendiendo la mano en beneficio de los vecinos", si bien cree que Bará debería evitar la actual situación y optar por el Concello o el Parlamento y no por ambas.