"Una remodelación profunda" del gobierno local, justo en el ecuador del mandato actual y la de mayor calibre en los 17 años de Miguel Fernández Lores en la Alcaldía. Hasta ahora, las anteriores crisis se debían a la marcha de algún edil, lo que obligaba a ciertos reajustes, pero en esta ocasión se trata de una reestructuración integral sin cambiar las caras pero si sus funciones. Es lo que acaba de anunciar el propio Lores y que afecta a la práctica totalidad de su equipo municipal.

Al menos cinco de sus concejales -Anabel Gulías, Carmen da Silva, Demetrio Gómez y Alberto Oubiña amplían sus ámbitos de actuación, mientras que César Mosquera, Vicente García Legísima y Luis Bará ven "adelgazadas" sus competencias, especialmente el último, blanco de las críticas del PP en los últimos meses por la "parálisis" de su concejalía desde que tomó posesión como parlamentario gallego.

Además, Carmen Fouces pierde la dirección de los Servicios Sociales, que pasan a manos de Anxos Riveiro, que cede a su vez a la primera las competencias de Cultura "para coordinarlas con Educación", según explica el alcalde, si bien la atención social también es objeto de quejas de la oposición pleno tras pleno.

Lores apunta hasta siete razones para justificar esta remodelación que él mismo califica de "profunda". Entre ellas, admite que la presencia de Bará en el Parlamento y de Mosquera en la Diputación, donde ejerce como vicepresidente, suponen una "merma en su dedicación" al Concello.

Pero también habla de la "necesidad de mayor coordinación", más atención al seguimiento de proyectos y el sistema de contratación, y al hecho de que ya "hemos descartado" un supuesto pacto de gobierno con otro grupo municipal, después de los recientes escarceos con Marea.

De este modo, Anabel Gulías asume competencias de Bará (centro histórico y sus obras), Legísima (Mercado) y Da Silva (Urbanismo), sin abandonar las que ya tenía en Promoción da Cidade, lo que convierte a esta edil en uno de los "pesos pesados" del nuevo equipo. En ese rango se incluye también a Demetrio Gómez, que cede Xuventude a Oubiña, pero se encargará de todas las obras de movilidad y transporte que abandona Bará y la coordinación entre rural y casco urbano.

Carmen da Silva pierde Urbanismo, pero se hace cargo a partir de ahora de la coordinación de todo el grupo municipal, tarea en la que reemplaza a Mosquera.

Anxos Riveiro y Carmen Fouces se intercambian Cultura y Servicios Sociales, manteniendo el resto de tareas anteriores y Oubiña incorpora Xuventude y Parques y Jardines, así como algunas parroquias.

El que ve reducida al máximo su concejalía es Luis Bará. Pierde el casco histórico y sus obras, la movilidad del tráfico y el transporte y las zonas verdes y se queda únicamente con el Patrimonio Cultural. Pese a esta aparente "degradación", Lores defiende su trabajo y descarta que abandone el Concello aunque dedique más tiempo al Parlamento. "Él nunca quiso dejar el Concello e incorporar ahora a otro edil sin experiencia, en el ecuador del mandato, sería poco operativo", admite el alcalde.

Por su parte, Raimundo González Carballo mantiene todas sus competencias anteriores pero se hará cargo también de la coordinación integral de todas las contrataciones municipales, entre ellas asuntos de peso pendientes como la gestión de las piscinas municipales y los contrados de agua y basuras. Se trata, según Lores, de "agilizar" un apartado en el que se han detectado cierto frenazo de tramitación.