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Xosé Fortes: "Nuestra misión en la UMD era mojar la pólvora del ejército franquista"

Asturias rinde homenaje a la Unión Militar y Democrática por su papel en la transición

Xosé Fortes Bouzán. // Rafa Vázquez

Los integrantes de la Unión Militar y Democrática (UMD), entre ellos Xosé Fortes, serán homenajeados este mes en Asturias, un reconocimiento público cuyo acto central se celebrará en el Teatro Filarmónica de Oviedo y que busca agradecer la labor de una organización clandestina nacida en el franquismo "con un objetivo básico", recuerda el historiador y militar pontevedrés, "evitar que el ejército fuese un obstáculo para la transición democrática; nuestra misión en la UMD era mojar la pólvora del ejército franquista".

- La recientemente fallecida Carme Chacón los condecoró ¿cuál fue la respuesta de algunos mandos militares?

-Bueno, lo nuestro viene de antiguo, cuando nos reingresaron dimitió el capitán general de Cataluña y dimitieron también o protestaron varios altos cargos, además escribieron varios artículos en contra de nuestra reincorporación. Y cuando nos concedieron las medallas, que habían pasado ya muchos años porque fue en 2009, muchos generales se manifestaron en la prensa en contra y muchos otros generales y coroneles (estoy pensando en aquel coronel de Barcelona que escribió un artículo tremendo sobre los peligros de la democracia) devolvieron sus medallas para no compartirlas con oficiales demócratas, aún en 2009 quedaban estos rescoldos.

- ¿Estas actitudes montaraces son frecuentes en el ejército actual?

-No, de los tres pilares del franquismo, la judicatura está ahí pero no se ha movido ni un paso adelante; la iglesia de Tarancón a Rouco ha ido claramente marcha atrás, la política en el aspecto religioso también (de ahí ese absurdo de la bandera a media asta en un estado aconfesional en estos días pasados); y el ejército fue el que dio más pasos adelante, porque después de todo creo que ha salido de la órbita del franquismo, de aquella visión corta. Al ir a misiones internacionales tomó aire y comprobó que el mundo europeo es el de la democracia y nosotros, oficiales demócratas, no éramos peligrosísimos revolucionarios sino simplemente individuos que pretendíamos que la sociedad se hiciese dueña de su destino y por lo tanto que fueran las urnas las que decidiesen el futuro del país.

- Los inspiró el MFA portugués

-Nos inspiró en el sentido de que algo había que hacer.

- Pero España no es tan civilizada como el vecino luso

-No se nos ocurrió nunca hacer lo que ellos hicieron, primero porque éramos pocos, y segundo porque era volver a la vieja tradición de los golpes que queríamos desterrar, protagonismos los mínimos, por eso nos disolvimos el mismo día que hubo parlamento, porque el ejército no tiene sentido que se manifieste políticamente, solo en nuestro caso porque queríamos las libertades, de modo que protagonismo el menos posible. Y además estaba eso que dice, que aquí en España la memoria de la guerra civil estaba muy presente y si aquí hubiera ocurrido lo de Portugal se hubiera arreglado a tiros, nada de claveles, una masacre.

- ¿La estrategia de la UMD en la transición fue hacer ver que la oficialidad joven quería democracia?

-Si, simplemente se trataba de que el ejército se quedara paralizado al ver que la oficialidad joven demandaba, como demandaba la sociedad, dos palabras, democracia y Europa, esa fue nuestra estrategia. Y fue, a pesar de todas las batallas perdidas como decía en mis memorias, la batalla que hemos ganado.

- ¿Por qué fracasó el 23-F?

-Porque era tarde, fundamentalmente porque era tarde, y lo era porque antes no se atrevieron. Recuerdo una anécdota de 1974: la opinión pública desconocía la existencia de la UMD, en la fiesta de la patrona de la Infantería el 8 de diciembre en el Hostal de los Reyes Católicos un compañero mío oyó al coronel de su regimiento decir al comisario de policía "esto está acabado, no hay nada que hacer, si me propongo sacar a la tropa a la calle para declarar el estado de guerra estoy seguro de que mis oficiales me disparan un tiro por la espalda". No algunos sino todos sus oficiales, es decir no se sentía respaldado, hablamos también de un hombre muy ultra, por ninguno de sus oficiales, por eso se fue tolerando la legalización del Partido Comunista, que fue droga dura, la de Comisiones Obreras, que costaron la dimisión de dos ministros y exabruptos múltiples. Se aprobó la Constitución, fue un cambio bastante cualitativo, y desde ese momento los que quedaban fuera del marco constitucional empezaban a ser minoría y un poco montaraces con respecto al resto.

- ¿Cómo fue el encarcelamiento?

-El proceso fue muy irregular (risas) con decirle que me acusaban de ser enlace con los portugueses y el documento que usaron era una circular del Colegio de Licenciados de Vigo firmado por Leónidas en el que hablaba de las propuestas que hacía la Asociación de Catedráticos y Profesores para la enseñanza, pero estaba en gallego y dijeron que era el documento portugués. Yo le expliqué que estaba en gallego pero nada, y llegó al consejo de guerra como que se había encontrado en mi casa ese documento portugués.

- ¿Y el consejo de guerra?

-En todos se les dice al reo si tiene algo que manifestar, todos dijimos alguna cosa a favor de la democracia como el único futuro del país, pero Manolo Lago, que era el cuarto y ya llovía sobre mojado dijo, lo recuerdo porque era parte de un artículo que yo había escrito, "concibo la patria como un marco de convivencia democrática en el que se respeten los derechos humanos y?" Para cuando llegó ahí se había montado un alboroto, se levantaron todos: "que les arranquen las estrellas", "que les peguen cuatro tiros", "traidores", "hijos de puta"? Esos fueron los insultos que me llegaron. Y esa es la cosa, así que espero que la guarnición militar de Asturias no se vaya en pleno y deje Asturias desprotegida (risas) solo por el homenaje.

- Llevamos ya 40 años de democracia ¿ha habido muchos reconocimientos así?

-A nosotros como organización e incluso individualmente la única medalla que nos han concedido es la medalla al mérito militar, pero las asociaciones o grupos civiles, ni uno. Me llega con mi única medalla, que no le tengo ninguna simpatía al medallómetro (sonríe) pero es verdad que han pasado muchos años y no se nos ha tenido en cuenta para nada, incluso en mi país, porque en Asturias, donde la represión fue brutal, no había nadie de la UMD. Leía hoy en FARO a José Luis Pardo diciendo que "la política cultural sin política educativa no es más que espectáculo; y del barato". Bien, estoy muy de acuerdo, por eso en este homenaje nos invitan a cada uno de nosotros a hablar en los institutos, se pararán las clases y excapitanes de la UMD damos la clase sobre nuestro papel en la transición a chavalitos que están en la ESO. Me parece lo más importante del homenaje.

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