¿Qué es la salud? ¿Varía este concepto en función de las diferentes sociedades? ¿Qué supone que el llamado estado del bienestar la hubiese convertido en una cuestión de estado y que ese estado esté hoy amenazado? ¿La sanidad es un derecho o un negocio? ¿Qué repercusiones tienen las grandes fusiones de la industria alimentaria y cómo amenazan la salud de la población? ¿Qué papel tiene en este escenario la industria del medicamento?

Son algunas de las preguntas con las que arranca la Semana Galega de Filosofía, que dedica su trigésimo cuarta edición a la salud, un tema que analizarán quince ponentes, filósofos pero también psicológicos, expertos en salud pública, periodistas, biólogos, antropólogos, médicos de distintas especialidades, teóricos de la política etc.

El Teatro Principal, sede del congreso, acogió esta mañana el acto inaugural, encabezado por el alcalde, Miguel Fernández Lores. Ana Regueira, coordinadora del Aula Castelao, organizadora de la Semana de Filosofía, expresó su satisfacción por el interés que ha despertado el tema de esta edición: "Estamos contentos con la matrícula, tuvo una recepción bastante interesante, aumentó el número de matriculados con respecto a años anteriores y creemos que es un tema interesante que puede generar polémicas y debate".

Manifestó su confianza en que la Semana "aporte cosas positivas, máxime en una sociedad que cada vez es más insalubre, que desarrollamos más todo tipo de patologías y enfermedades, es importante reflexionar qué es la salud y cómo conseguir una forma de vida saludable".

Tras el acto inaugural, el filósofo José Luis Pardo pronunció la conferencia inaugural, titulada ¿Qué es la salud? "Habría que estar muy sano para poder responder a ello", explica el ponente, que orientó su intervención a la salud social y al "malestar característico de nuestro tiempo, que es lo que perturba la salud pública".

Insistió en que vivimos en una sociedad del malestar. "Me gusta decir estado de malestar para que se note que es el producto del desprestigio del estado del bienestar", un desprestigio, precisó, que asociamos con la crisis económica pero que "en realidad viene de mucho antes, fomenta unas dinámicas de enfrentamiento social que son muy perjudiciales".

A esta destrucción del estado de bienestar han contribuido con fuerza, añadió, "no solamente la política sino el imperio de la economía, del mundo de los negocios penetrando en todas las actividades humanas; y desde luego hay una cota de responsabilidad ciudadana porque después de todo a los políticos los elegimos los ciudadanos".

¿Qué futuro le espera al estado de bienestar? José Luis Pardo reconoce que actualmente las tasas de desigualdad son equiparables a los de los años 20 del siglo pasado, "pero también es verdad que tenemos unas estructuras de protección social que ya les hubiera gustado tener entonces. De todos modos creo que hace falta un ejercicio de responsabilidad por parte no solo de los políticos sino de la ciudadanía en general para que se pueda repartir no solo la riqueza sino también la pobreza cuando la hay".