La base de helicópteros de lucha contra el fuego de O Campiño, en Marcón, que atiende al denominado distrito forestal XIX, contará el próximo verano con un número de efectivos de 35 personas entre agentes forestales y tripulaciones de las aeronaves, lo que supone un despliegue similar al del pasado año. Aunque todavía no está aprobado el Pladiga (el plan anual que detalla este dispositivo), las previsiones son similares a las de 2016, con la estancia permanente de un helicóptero, al igual que en las bases de Queimadelos y Silleda, aunque con la posibilidad de ofrecer espacio y atención a tres si fuera necesario.

En la actualidad son unos 25 los trabajadores adscritos a estas instalaciones, que atienden por regla general a las comarcas de Pontevedra, Caldas, O Morrazo y O Salnés.

Además de los efectivos de la Xunta, el despliegue contará un año más con la colaboración del Ejército, especialmente con miembros de la Brilat, en materia de vigilancia y aviso, no de extinción. Este último cometido, de ser necesario, será asumido por la Unidad Militar de emergencias (UME).

Con el Pladiga en marcha, que previsiblemente se conozca dentro de un mes para estar en vigor desde el 1 de junio, la base de O Campiño podrá disponer de esas 35 personas, lo que permitirá contar con un retén permanente de quince brigadistas y pilotos.

Por el momento se considera que no es necesario reforzar el dispositivo pese a que estos días se registran temperaturas altas y ya se han producido algunos primeros episodios de fuegos forestales, como el registrado hace unos días en el municipio de Caldas de Reis, en la zona de Paradela, que calcinó algo menos de 8.000 metros cuadrados. También hubo otro siniestro de cierta consideración en Cotobade y algunos focos en Poio y Sanxenxo, entre otros municipios.

Prevención

Mientras tanto, la Xunta ha anunciado que se trabaja en las tareas de prevención, con labores de limpieza del monte mediante convenios con los concellos. Según sus datos, se desplegaron en su día en la comarca doce brigadas con 59 trabajadores y siete motobombas, un importante porcentaje sobre los 20 equipos, 98 brigadistas y 17 motobombas operativas en toda la provincia.

Estos trabajos incluyen desbroces y apertura de pistas forestales. Desde finales de 2016 se limpiaron unos 18 kilómetros y se ejecutaron tratamientos silvícolas preventivos en unas cien hectáreas en los municipios de Pontevedra, Ponte Caldelas, Cuntis, Meis, Barro, Poio, Vilagarcía, Catoira y Valga.

Si se cumplen las previsiones, el Pladiga 2017 será similar al de los dos últimos años. Este plan incluye a la comarca de Pontevedra en el denominado distrito XIX Caldas-O Salnés. Son en total 26 municipios y todos ellos, salvo tres, estuvieron en los dos últimos años declarados como "Zonas de Alto Riesgo", lo que hace pensar que se repetirá en esta ocasión. En la comarca pontevedresa fueron once los concellos con ese calificativo y solo quedaron excluidos los de Cuntis, Moraña y Campo Lameiro. En cambio, sí son objeto de especial atención los de Barro, Caldas, Cotobade, A Lama, Marín, Poio, Portas, Ponte Caldelas, Pontevedra, Sanxenxo y Vilaboa.

Además de la comarca pontevedresa también incluye a los municipios de Bueu, Cambados, Cangas, Catoira, O Grove, A Illa, Meaño, Meis, Moaña, Valga, Vilagarcía y Vilanova.

En una catalogación más detallada, el documento también hace referencia a las parroquias. En 2015 fueron calificadas como Parroquias de Alta Actividad Incendiaria las de Xesta en A Lama, Saiar en Caldas y San Xoán en Poio, pero un año después ese índice se limitó a esta última ya que las anteriores estuvieron dos años por debajo de la media gallega de fuegos por parroquia.

De este modo, hasta que se conozca el dispositivo para este año no se conocerá qué territorios son asignados este año a ese nivel. De hecho, incluso podría variar también el reparto de municipios pese a los dos años seguidos sin cambios al respecto.