Los vecinos de Raxó y la familia de Ana María Gómez, fallecida el 22 de noviembre de 2014 a la puerta de su casa, cuando un coche que circulaba por la PO-308 segó su vida, preguntan a las Administraciones públicas "¿Cuántos muertos más?" se necesitan para mejorar la seguridad vial de esta vía. Lo dice, en su nombre, Azucena Rodas, hija de Ana María Gómez, quien tras el reciente fallecimiento de un ciclista de 36 años de edad, arrollado por un vehículo en el lugar de Covelo, vuelve a preguntar "¿Qué necesitan para detener esta sangría?".

Azucena Rodas explica que hace aproximadamente un año -y también hace seis meses de nuevo-, presentó en el Concello de Poio un escrito en el que, "una vez más", reclamaba aceras en este tramo de carretera. Y una vez más "no tuve ninguna respuesta", lamenta la joven.

"Cuatro terrenos"

Rodas explica que para construir aceras en este tramo de la PO-308 "solo tienen que expropiar cuatro terrenos pequeños, pero parece que no les vale la pena, prefieren que siga habiendo muertos", protesta indignada.

En representación de sus familia y sus vecinos, que ya protagonizaron varias protestas para reclamar medidas de seguridad vial en la PO-308, esta joven pide de nuevo a las Administraciones públicas "que paren los muertos de una vez por todas".

Su madre, al igual que el ciclista fallecido el pasado domingo, perdió la vida al ser alcanzada por un vehículo en esta transitada carretera que comunica Poio con Sanxenxo. La propia víctima, Ana María Gómez, había protestado varias veces por el alto índice de siniestralidad del fatídico vial, hasta el punto en el que el Concello de Poio había cambiado el asfalto en la zona por una aglomerado antideslizante. Ana María Gómez estaba limpiando su coche en una cuneta de la PO-308, junto a su casa, cuando fue atropellada por un turismo. Dejaba a un hijo de 26 años y a dos hijas de 21 y 11.

El punto donde se produjo este accidente es un lugar donde se produjeron múltiples salidas de vía, algunas de ellas en las que los coches acabaron empotrándose en su propia casa.

Su hija, Azucena Rodas, asumió desde entonces la faceta reivindicativa de su madre, para mantener viva esa reclamación que respaldan sus vecinos.

Un año después de aquel fatal accidente, la PO-308 acogía una "marcha por la seguridad vial" protagonizada por la propia Azucena Rodas y numerosos vecinos. Todos ellos realizaron a pie el recorrido entre la gasolinera de Raxó y su casco urbano en demanda de seguridad vial en esta carretera.

Más de dos años después, lamentan que desde que murió atropellada Ana María Gómez, apenas se han registrado mejoras en el vial y no hay acera alguna que permita el tránsito peatonal, una situación de la que Azucena Rodas culpa directamente el alcalde, Luciano Sobral, al no haber entregado el Concello los terrenos a la Xunta (titular de la PO-308) para ejecutar las obras.

"Todo sigue igual"

Azucena Rodas afirma que "la lucha de Ana sigue adelante", toda vez que "por desgracia, años después todo sigue igual. Han venido políticos a visitar la zona y a sacarse fotos, pero los vecinos de este carretera no tenemos aceras".

Insiste en que adopten medidas urgentes para "parar esta sangría", y anuncio que mantendrá la lucha de su madre. "Vuelvo a prometer seguir poniendo todo mi esfuerzo para que esto cambio, para que nadie más tenga que perder a una madre, a una hija, a un hermano, o a un amigo en esta carretera", como ha vuelto a ocurrir el pasado domingo, con el atropello mortal de un joven ciclista.