La playa fluvial del Lérez, que el algún día esporádico del año ya recibió usuarios, se ha convertido en estas últimas jornadas en un destino obligado para los que quieren tomar el sol por unas horas y, en su caso, refrescarse de las altas temperaturas. Durante el fin de semana ya hubo cierta afluencia, si bien eran los arenales de la costa los que registraron mayor presencia de bañistas.

Pero ayer lunes, al tratarse de una jornada laboral, muchos optaron por acudir a la playa fluvial y aprovecharse de su cercanía el centro urbano en lugar de coger el coche para acudir a Poio, Marín o Sanxenxo, por ejemplo.

Y es que si el calor fue destacado el pasado fin de semana, ayer apretó aún más, con temperaturas que superaron los 30 grados en la estación de Campolongo, al igual que en Caldas, llegaron a 29 en Sanxenxo y A Lanzada y rondaron los 28 en Cotobade, Ponte Caldelas o Poio.