Temperaturas por encima de los 23 grados desde hace varios días, con picos de más de 30 en la jornada de ayer, varias jornadas sin llover una gota, y con escasas perspectivas de que lo haga a corto plazo. Un panorama que es una bendición para el sector turístico, que vive una Semana Santa que puede ser histórica en cuanto a visitantes y ocupación hotelera, muestra su evidente cara negativa en los efectos que esta climatología tiene para las reservas hidrológicas de la comarca en una época del año en la que suele acumularse buena parte del agua que se consume después.
El río Lérez alcanzaba ayer uno de sus niveles más bajos de los últimos meses, con un caudal que no llegaba siquiera a los 18 metros cúbicos por segundo, es decir, un 60% menos que hace justo dos meses, el 10 de febrero, cuando la estación de medición de Augas de Galicia en la presa de Monte Porreiro presentaba un caudal de 47 metros cúbicos por segundo. La comparación es aún más trágica si se retrocede algunos días en el calendario y se analizan los datos del 3 al 7 de febrero. En esas jornadas, justo después de las precipitaciones más importantes del año hasta ahora, el río superaba los 90 metros cúbicos por segundo.
Esta falta de agua se deja notar, aunque con menos evidencia, en el nivel del Lérez en cuanto a altura del agua. A día de hoy ronda los 2,85 metros, un índice bastante tranquilizador ya que es necesario bajar del metro para que salten las alarmas. No obstante, es bastante menos de los cinco que, hasta ahora marcan el límite máximo de este año, establecido el 4 de febrero.
Hace un año
En todo caso, otra comparación que puede resultar preocupante es la que se debe hacer con el estado del río hace justo un año, a mediados de abril de 2016. Entonces, la presa de Monte Porreiro se encontraba a un nivel de casi tres metros y medio y un caudal de 55 metros cúbicos por segundo, es decir, un 70% más que en la actualidad.
Desde que a principios de febrero se marcó el récord de agua que fluye por el río, los parámetros han ido descendiendo paulatinamente. Hace justo un mes el río registraba 33 metros cúbicos, una cifra que en solo treinta días se ha reducido a la mitad. En todo caso, aún está muy lejos de la peor situación de los últimos meses, entre noviembre y enero, cuando el caudal no llegaba a veces a los diez metros cúbicos por segundo.
Eso sí, de mantenerse este régimen de altas temperaturas, que favorecen la evaporación, y de nulas precipitaciones, los niveles pueden descender aún más.
Por el momento, el embalse del Pontillón, que sirve de "almacén" de agua para las peores épocas del año, se encuentra a día de hoy al 92% de su ocupación. Supone un ligero descenso con respecto al lleno total de hace un par de semanas, pero sin implicar alarmas alguna.
Este panorama se deriva de la reducción de las lluvias a lo largo del año. En los tres primeros meses de 2017 Meteogalicia ha registrado en su estación de Campolongo alrededor de 420 litros de agua, la mitad de ellos (205) en febrero. Otros 75 corresponden a enero y 140 más a marzo.
En esos noventa días hubo lluvia en 38. Además, en las diez jornadas ya transcurridas del presente mes de abril no se contabiliza una gota y en el último mes solo llovió once jornadas con un total de 71 litros, a una media de poco más de dos litros al día.
Estas cifras son mucho más reducidas que las alcanzadas en el mismo periodo de 2016. Enero, febrero y marzo del pasado año están catalogados como "muy húmedo", con 361, 298 y 193 litros respectivamente, para sumar un total de 852 y 55 días de precipitaciones. Además, en abril de 2016, también "muy húmedo", se añadieron otros 231 litros y llovió la mitad de todo el mes.
