El Concello ya tiene cerrada la actuación del reglamento municipal de vertidos a la red de saneamiento, en el que trabaja desde hace varias semanas para adaptarse a la nueva normativa desde 2007, cuando se aprobó, y sobre todo, resolver la polémica sobre las conexiones en el rural, con quejas por el cobro de la tasa a casas que no están conectadas pese a disponer del servicio a la puerta.

El portavoz del gobierno local, Raimundo González Carballo explicó que en breve estará en exposición pública de una reforma analizada ayer y que incluye nuevas prestaciones como, por ejemplo, que el mantenimiento de los acometidas entre la red general y el límite de la propiedad va a ser a cuenta de la adjudicataria.

Pero especialmente se reduce de 100 a 50 metros la distancia que debe haber entre la vivienda y el colector general. Dentro de esos 50 metros, cada vecino está obligado a conectarse, pero se admiten excepciones, y los supuestos que se excepciones: cuando no hay posibilidad de conectarlo por una vía de acceso rodado pública o de uso público; cuando hay que atravesar carreteras de otras administraciones tanto estatales, autonómicas o provinciales y vías de tren; cuando es imposible conectar porque está soterrada la red eléctrica, la red de gas o la red de comunicaciones y cuando haya que cruzar un río o cauce de agua.