El Concello de Poio anima a los vecinos a que pongan en marcha sus propias bodegas acogiéndose a la Identificación Xeográfica Protexida, IXP. Actualmente, en el municipio solo el Mosteiro de Poio cuenta con una bodega preparada y registrada y vende y etiqueta su propio vino, "Viño do Mosteiro", aunque básicamente se destina al consumo de su hospedería.

"La idea es que la gente se anime y cree sus propios vinos de calidad para ser comercializados", explica el alcalde de Poio, Luciano Sobral.

Una condición para que los productores locales se puedan acoger a esta IXP es que la mayoría tendrían que cambiar de uva, ya que actualmente en el municipio se utilizan mucha de hoja redonda y catalana, que no se incluyen en esta indicación protegida. "Aunque ya hay muchos que cosechan albariño y treixadura", añade.

La IXP a la que se podría acoger Poio incluye también a Pontevedra, O Morrazo, Vilaboa y Redondela.

Aunque por el momento no hay ayudas municipales para los productores de vino que les animen a iniciar este camino, ya se han mantenido reuniones con algunos "furancheiros". Por el momento, la principal conclusión que se ha derivado de esos encuentros es que haría falta una inversión importante por parte de los vecinos, como la compra de tanques de frío, que no estarían dispuestos a asumir. "Cuando la gente pueda etiquetar ya será un paso importante", reconoce Sobral.

Renovación de "furanchos"

La junta de gobierno local aprobó ayer la renovación de la actividad de cuatro "furanchos" en Poio y la apertura de uno nuevo, los cinco en San Xoán.

Los que renuevan son el Do Caballero II, O Tizón, Moncho y A de Pepe. Se incorpora a esta actividad Casa Rita. En el municipio hay 15, según el Concello, que pueden abrir un máximo de tres meses al año.