El pasado fin de semana Mayte Ramírez, propietaria del emblemático negocio La Moda Ideal, comenzaba a colocar en las estanterías de su nuevo local los rollos con los tejidos que ha ido recibiendo en los últimos días. Empezaba la cuenta atrás para la inauguración oficial de la tienda, que hoy abre sus puertas al público.
Mayte Ramírez lleva media vida entre telas. Heredó de su tío abuelo La Moda Ideal, una espectacular tienda de tejidos en un edificio del siglo XIX en los soportales de A Ferrería. El 1 de febrero de 2016 la tienda quedaba reducida a cenizas a raíz de un incendio que se inició pasadas las nueve de la noche. El suceso, que se convirtió en una noticia de alcance nacional, dejó una profunda huella en su dueña, tanto a nivel sentimental, porque suponía un alto en la tradición familiar, como económico, por tratarse de su fuente de ingresos. Con el paso del tiempo los pontevedreses han dejado de mirar hacia el edificio ennegrecido por el fuego cada vez que pasan por las inmediaciones y desde hoy ya pueden hacerlo con gusto al negocio sucesor, en la calle Manuel Quiroga, que aunque más pequeño y moderno, pretende conservar la esencia de aquella tienda familiar que un día llegó a contar con cinco empleados.
"Yo había comprado este nuevo local hace años y hasta ahora lo he tenido alquilado. Ahora empiezo de nuevo. Puse toda la maquinaria en marcha, porque esto es todo de madera, estanterías y demás, y hubo que hacer bastante obra", explica, todavía entre los ruidos generados por el trabajo del carpintero, que se esmera con los últimos detalles de la tienda y que ha logrado imitar algunas de las molduras que había en el antiguo local.
"Hay que ir creciendo poco a poco. Yo nunca había empezado de cero. Yo allí continué lo que tenía mi tío abuelo. Aquí parto bajo cero", reconoce. Esta es la razón por la que todavía queden estanterías sin llenar en la nueva tienda. Los tejidos que ya se exponen son, sobre todo, de primavera-verano, así como los clásicos, "que se vendían muy bien", como hilos o semihilos, tanto para hogar o iglesias. También las sábanas por metro.
En esta primera etapa, Mayte Ramírez estará sola al frente de la tienda, aunque reconoce que le gustaría que su antiguo empleado pudiese volver a trabajar con ella en un futuro próximo.
La pontevedresa ya ha recibido llamadas de sus clientes habituales de Vigo, Vilagarcía y A Estrada. "En principio, la gente pregunta mucho y parece que va a haber ambiente. Después ya se verá", afirma. En este sentido, destaca que la moda de los cursos de corte y confección puede beneficiar a este tipo de negocios. "Hay personas a las que les gusta hacer sus propias prendas. Es un orgullo", indica.
En este último año, Mayte Ramírez no ha parado de hacer cosas en casa, a la vez que preparaba el nuevo negocio, "porque yo no aguanto sin trabajar".
Su esperanza es dedicarse todos los años que pueda a la tienda: "mi tío abuelo estuvo trabajando hasta que tenía 90 años, pero tenía cinco empleados y eran otras épocas".
