La Policía Local impuso el pasado año un total de 12.978 denuncias por infracciones de tráfico en el casco urbano, en su inmensa mayoría por estacionamientos indebidos. Se trata de segundo volumen de sanciones más bajo de la última década, solo por detrás de las 12.400 denuncias del ejercicio anterior, en 2015. Paralelamente, el Concello recaudó con estas multas algo más de 1.150.000 euros, lo que implica una media de unos 90 euros por sanción.

Así se refleja en el balance, aún provisional, de actividad de la Policía Local el pasado año, un resumen que aún debe cotejarse con el resumen que realiza también la empresa Recyges, adjudicataria desde 1997 del sistema de cobro de las sanciones de tráfico.

Las casi trece mil multas del pasado año suponen una media mensual de 1.080, muy por debajo de las casi 1.600 registradas en 2010 (el ejercicio de mayor actividad sancionadora) y lejos también de las 1.340 cada mes de 2012 o las 1.140 mensuales de 2013, todos ellos años anteriores a la llegada del "multamóvil" (u "ollomóvil", como lo prefiere denominar el gobierno local) a las calles de la ciudad.

Este vehículo, armado con una cámara y otros aparatos, patrulla la red viaria urbana desde junio de 2014 y a partir de su entrada en servicio el número global de sanciones no se ha visto incrementada. Aquel año fueron unas 13.700, con 1,3 millones recaudados, pero después cayó a 12.400 y 12.978 respectivamente en los dos ejercicios posteriores.

En todo caso, el "multamóvil" se centra casi en exclusiva en perseguir los estacionamientos indebidos, desde la doble fila (cada vez menos habitual) a casos extremos de aparcar sobre aceras o pasos de peatones, pasando por un exceso de tiempo en las plazas de servicios.

Alrededor de 11.000 de las 13.000 denuncias del pasado año corresponden a infracciones de este tipo y en buena parte fueron impuestas por los agentes que utilizan el "ollomóvil".

El resto de infracciones es muy variado. Así, por el uso fraudulento de tarjetas de discapacitados se formularon alrededor de 170 denuncias, mientras que la velocidad excesiva apenas cuenta con multas ya que el Concello no dispone de un radar para su medición. Al respecto, La Policía Local ha solicitado al Concello la adquisición de un cinemómetro móvil al observar que no se reducen los casos de exceso de velocidad en determinadas calles pese a medidas como la Zona 30 o la proliferación de "lombos". La idea es "perseguir a los pocos infractores que hay" y actuar solo en "zonas sensibles" y de forma temporal.

Al margen de otras causas, una de las razones de esta descenso del número de multas puede estar en la mayor peatonalización de la ciudad y la implantación de los espacios de servicio que permiten estacionar 15 minutos, pero también influye el retroceso en el parque móvil del municipio y en el número de permisos de conducir, una caída que constata la Dirección General de Tráfico en los últimos años.

Con una fuerte recesión en la matriculación de turismos, que parece repuntar desde el pasado año, la última ficha municipal de la DGT referida a Pontevedra (correspondiente a 2015), detalla un parque móvil total de 54.772 vehículos, frente a los casi 55.200 de 2013. El descenso afecta sobre todo a los turismos, camiones y ciclomotores, ya que el censo de motocicletas y furgonetas experimenta un ligero repunte.

Esta caída también se constata en el número de carnés de conducir, poco más de 52.600, doscientos menos que dos años antes. Esto significa que el 64% de los pontevedreses posee este permiso, 28.000 varones y 24.700 mujeres aproximadamente.