A las diez de la noche del pasado jueves se vio involucrado en un accidente de tráfico cerca de la iglesia de Placeres, en Lourizán y dio positivo por alcohol con una tasa de 1,28 mg/l, cinco veces por encima de lo permitido. Por ello, la Guardia Civil le inmovilizó el coche. Pero seis horas después los agentes volvían a cazarlo al volante y con unas copas de más. A las cuatro de la mañana del viernes la tasa había subido a 1,34.

Por ello, el Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil de Pontevedra instruye contra un vecino de Meis de 50 años de edad y de iniciales E. M. B. dos casos por supuestos delitos contra la seguridad vial.

El primer caso ocurrió a raíz de un accidente en Placeres, en la parroquia de Lourizán. Pese a que los daños materiales en los vehículos eran mínimos y no había heridos, los agentes observaron síntomas de embriaguez en el conductor que parecía ser el responsable de la colisión. Ante la elevada tasa en la prueba de alcoholemia, se le instruyeron diligencias por un supuesto delito contra la seguridad vial y se procedió a la inmovilización cautelar del vehículo, con la advertencia de que no podía mover el coche sin conocimiento previo de la Guardia Civil de Tráfico.

Pero el conductor recuperó su coche poco después. De hecho, una hora más tarde, la patrulla de la Guardia Civil decidió comprobar la situación del vehículo y los agentes se percataron de que ya no estaba en el lugar. Alertadas el resto de las patrullas de servicio fue localizado, cuatro horas después, circulando en zigzag por la carretera PO-531 de Pontevedra a Vilagarcía, a la altura de Mosteiro. En esta segunda ocasión superó el resultado de la primera prueba: llegó a 1,34.