No hay salvación posible para la playa de Raxó en este 2017. El Concello deberá instalar "sí o sí" uno o varios "carteles visibles" en la entrada del arenal para "informar al público de la calidad de las aguas de baño, y de la recomendación de no bañarse o incluso de su prohibición, para evitar la exposición a la contaminación", según explicó ayer a FARO la Jefatura Territorial de la Consellería de Sanidade.

De este modo, el baño en la playa de Raxó estará, como mínimo, "no recomendado" durante esta temporada debido a que a finales de 2016 obtuvo una calificación de "insuficiente". Esta nota se basó en los análisis obtenidos durante los últimos cuatro años, después de haber aplicado el cálculo que la norma establece.

Así, pese a que dicha normativa europea no aclara en ninguno de sus artículos de manera literal el período de vigencia de esta puntuación, la Jefatura Territorial de Sanidade señala que esta zona de baño no podrá modificar su estatus en ningún caso: "Esta zona de baño tendrá durante toda la temporada de 2017 la calificación de insuficiente, independientemente del resultado de los muestreos que se efectúen durante lo presente ejercicio que serán utilizados para el cálculo de la siguiente calificación".

La Xunta, encargada de realizar los muestreos y establecer las calificaciones en base a lo estipulado en las normas, señala que "según establece el artículo 4.4.b de la Directiva 2006/7/CE, si los Ayuntamientos aplican medidas correctoras para mejorar la calidad del agua de baño, la clasificación sanitaria puede cambiar en la siguiente temporada en la que se demuestre que esos cambios mejoran la calidad del agua".

De este modo, los trabajos que ahora está realizando el Concello solo servirían para poder cambiar el estado de salubridad de las aguas de Raxó en 2018. Para ello, deberá informar a la Consellería del proceso de investigación e identificación de la causa de los resultados desfavorables para que esta "mediante controles periódicos de la presente temporada 2017, pueda verificar su eficacia y, de obtener resultados favorables, proceda la recalificar a zona de baño en la próxima temporada de 2018".

Calificación "orientativa"

Asimismo, pese a que Sanidade destaca por medio de su Jefatura Territorial de Pontevedra la obligatoriedad de la señalización de insalubridad para todo el 2017, también recalca que este baremo insuficiente "no implica que las aguas estén permanentemente contaminadas". "Es una orientación sobre la mayor probabilidad de exposición de los bañistas a episodios puntuales de contaminación", explica. Por ello, según la normativa, en estas circunstancias, "es preceptivo para el Concello informar al público" de estas condiciones, aunque varias fuentes aseguran que también se podrán exponer los informes municipales actuales para demostrar el estado actual de las aguas en un momento determinado.

De este modo, Poio se quedará al menos durante este año con el atractivo turístico de una de sus playas en entredicho. Ya en 2015, la playa de Raxó superó por los pelos el informe con una calificación de "suficiente". Ahora esos malos resultados pasados, con varios análisis puntuales que no superaron lo mínimo exigible, han conducido a esta situación.

Mientras, de entre los otros 13 arenales poienses analizados, ocho superaron la prueba con un "excelente" (Chancelas pequeña, Xiorto, As Sinas, Area da Barca-Covelo, Chancelas, A Canteira, Cabeceira y Lourido), Padrón superó el análisis con una calidad de "boa", mientras que las aguas de Laño alcanzaron el "suficiente" que les permite ser utilizadas para el baño.