La dirección del Peinador mira al cielo deseando que amaine el temporal. Un fallo en el ILS obligó a dar de baja el pasado lunes este sistema antiniebla por lo que el aeropuerto vigués se expone desde entonces a que los comandantes aborten en condiciones de baja visibilidad e incluso de noche el aterrizaje en su pista y pongan rumbo Santiago. Esto ocurre desde la tarde del martes, cuando se produjo la entrada del frente borrascoso, y hasta ayer. Han sido desviados a Lavacolla tres vuelos que se tradujeron en la caída de la parrilla de la terminal viguesa de seis conexiones, cuatro con Madrid y dos a Barcelona. Aena asegura que la avería ya está resuelta y solo espera una mejoría del tiempo para que el avión técnico del organismo estatal, ya en Vigo, pueda efectuar la calibración de los equipos.